Una colaboración activa que crea unidad e instaura otro espíritu de trabajo. Esa es la fructífera fórmula promovida desde hace años por el Ayuntamiento de Venialbo para la instalación de las merinas en vísperas de las fiestas en honor de Nuestra Señora de la Asunción y de San Roque.

Durante el pasado sábado, una treintena de mozos del pueblo respondió a la convocatoria realizada por el consistorio a través de un bando municipal para la colocación de las talanqueras que velarán por la seguridad de los aficionados taurinos durante los distintos encierros programados.

Así, guantes en mano, decenas de voluntarios se presentaron a las ocho de la mañana en el punto de encuentro acordado para blindar el recorrido que va desde la pradera del Arradal hasta la Plaza del Caño. Durante cuatro horas, almuerzo incluido por cortesía de los bares de la localidad, los operarios se afanaron en el transporte y fijación de las vallas como muestra de colaboración ciudadana.

Tal y como explica el alcalde del municipio, Jesús Vara, la iniciativa permite abaratar costes para las arcas municipales y a su vez fomentar la participación vecinal en los preparativos de las fiestas. "Es una fórmula que permite sanear las cuentas del Ayuntamiento, ya que en época de crisis no hemos hecho gastar a los vecinos, y que además fomenta la ilusión de crear unidad, de creer en el pueblo y en la fiesta... es otro espíritu de trabajo", comenta. Este año, además, el consistorio estrenará iluminación durante el encierro urbano de la madrugada del martes 15 al miércoles 16 de agosto. En vez de alquilar torretas y generadores como en ediciones pasadas, el Ayuntamiento ha invertido en la adquisición de más de 600 bombillas de 9 vatios cada una para el alumbrado del serpenteante recorrido del festejo. "Como la feria de abril", bromea Vara.