La Guardia Civil de Zamora ha establecido dispositivos específicos para minimizar el uso de cebos envenenados y, en las dieciséis inspecciones realizadas en la provincia de Zamora, ha hallado carne intoxicada en un pueblo de Aliste donde murió un perro. Los controles se han realizado en 16 localidades de la provincia, en cotos de caza, parcelas de cultivo y explotaciones ganaderas

La Guardia Civil señala que "durante los primeros meses de primavera, anualmente se viene observando la aparición de fauna muerta afectada por sustancias tóxicas aplicadas en cebos, que son depositados en puntos de zonas rurales".

Apunta que "es una práctica consecuencia de la realización de un control poblacional de forma "ilegal" y que afecta mamíferos predadores como el lobo o el zorro y especialmente a rapaces como el milano y el ratonero".

Según explica la Benemérita "la colocación de cebos (carne) impregnados con producto tóxico provoca el envenenamiento en una primera fase, de todos los animales que ingieren ese cebo, que al morir se convierten en alimento para otras especies, por lo que pasan el efecto de la intoxicación a la cadena trófica en una segunda fase y sucesivas". Además, "origina un grave perjuicio al medio ambiente con un desequilibrio del ecosistema en el hábitat, dándose también la circunstancia que mueren especies por envenenamiento que son predadoras de otras nocivas para la agricultura, como el topillo". La Guardia Civil indica que "la provincia no es ajena a esta problemática detectándose este tipo de conductas en esta época del año, aprovechando los periodos de reproducción de las especies de caza menor".

Debido a esta problemática, el Seprona de Zamora, ha establecido servicios específicos, con la finalidad de erradicar o minimizar el uso ilegal de veneno como medio de extinción de fauna que causa efectos negativos en explotaciones ganaderas, agrícolas o terrenos cinegéticos.

La Guardia Civil cuenta, para lograr este fin, con una Unidad altamente especializada perteneciente al Servicio Cinológico, con sede en El Pardo (Madrid). Los perros que la componen están entrenados para detectar los distintos tipos de sustancias tóxicas que son utilizadas para aplicar a carnes y otros alimentos, convirtiéndolos en "cebos envenenados".

Estas actuaciones están enmarcadas dentro del Plan de Actuación de Cebos Envenenados "Protocolo Antídoto".