La demolición del pueblo de Argusino y desplazamiento obligado de sus gentes despertó luego en algunos la voluntad de contar con un monumento de recuerdo y reencuentro, que culmino, de momento, con la construcción de la ermita de Santa Cruz y una historia de donaciones digna de consideración. El proceso está recogido de una forma sencilla y cronológica en "Adiós Argusino" publicado por Glorialdo Peños con motivo del 50 Aniversario de la desaparición del núcleo humano.

Cuatro años después de desaparecido el pueblo de Argusino, "cuando ya nadie se acordaba", Glorialdo Peños, según señala en su entrañable librillo, recibió una carta del que fuera Gobernador de Gerona Matías de Inés pidiéndole "apoyo y ayuda" para realizar la construcción de un monumento en recuerdo del pueblo, decidiéndose la construcción de una ermita. Se pidió permiso "a todos los organismos oficiales, civiles y municipales, eclesiásticos" y el obispo Ramón Buxarrais también expresó que "estaría en todo lo que pudiese a nuestro lado". Los hermanos Blanco Benéitez "muy gustosa y amablemente nos cedían los terrenos siempre y cuando se cumplieran los fines para los que se habían solicitado". La obra fue adjudicada "al tener los primeros recursos económicos" a Domingo Arteaga y el coste ascendió a 70.150 pesetas, cuando los ingresos eran de 35.714. Hubo pues que recurrir a donativos particulares y en 1972 la ermita de Santa Cruz era ya una realidad".

La Diputación provincial de Zamora, presidida por Felipe Rodríguez, hizo entrega de un Cristo para procesionar y otro más pequeño para el altar. La ermita fue inaugurada el día 6 de mayo de 1973 con asistencia de autoridades provinciales y municipales y una concurrida feligresía. Por primera vez se izó el pendón de Viriato de la Cofradía de Santa Cruz y se nombran mayordomos encargados de organizar la próxima romería.

Una fabulosa realidad

Los hermanos Joaquín y Vicente Fernández, junto a sus esposas, regalan la Virgen del Rosario; Edipo Vega dona las andas y, desde entonces el Cristo y la Virgen procesionan por el campo. La celebración romera coge fuerza a partir de 1975 al sumarse a la procesión el ofertorio y la subasta de bollos maimones, más la amenización de bailes regionales. Tras dos años de festejos similares, en 1978 el obispo Eduardo Poveda oficia la misa. En 1979 se estrena la vara con el crucifijo, que porta Matías de Inés. El festejo del reencuentro va sumando elementos y en 1980 la nieta de Matías de Inés lleva un estandarte donado por María Busanera y confeccionado por Rosa Bruguer de Rivas.

En el año 1981 se anuncia el inicio de trámites para construir una nueva ermita donde pueda celebrarse la misa y acoger a mayor número de fieles. Los desvelos de los argusinejos siguen su curso en la consolidación del reencuentro y de la celebración de Santa Cruz y en 1982 la novedad es que Olivia Blanco está confeccionando un paño para el pendón Viriato porque el existente está muy deteriorado, y se informa de que está redactándose el proyecto de la nueva ermita. Fue en 1983 cuando se estrenó el nuevo paño del pendón, y además, tras varios años de pesquisas, se descubre en un catálogo que la Cruz Parroquial, de platería, está en el Obispado. Consiguen además que se la presten para exponerla ese día y salir con ella en procesión. Es un año dedicado a la redacción del proyecto de la ermita, realizado y donado gratuitamente por Ricardo Echanove, junto con un donativo. La obra fue adjudicada a José María Gómez, que se compromete a ejecutar la actuación en medio año por un importe de 3.370.169 pesetas.

El año 1984 la ermita "que tanto anhelábamos, y que parecía una misión imposible, es una realidad". En este logro es de resaltar el empeño de Glorialdo Peños, Manuel Carrascal "ayudados de sus esposas" que, según indican, "han sabido y conseguido sacar las fuerzas y los fondos económicos suficientes para que la obra sea una realidad". Fue inaugura el 6 de mayo con presencia de Echanove, procediéndose además a bendecir la imagen de la Virgen de Lourdes donada por Manuel Carrascal y su esposa Consuelo Pascual, y la custodia regalada por la familia Matías de Inés.

Glorialdo expone, además, que la mesa del altar, el sagrario y la pila de agua bendita fue donada por la congregación del Amor de Dios, Caja Rural dio un donativo para comprar una docena de bancos.

Los 25 años se celebraron con solemnidad, con misa oficiada por el obispo, concelebrada por párrocos de la comarca "y amenizada por los hermanos Pardal". En 1995 Paco Mateo llevó a cabo la construcción de la torre de la ermita. En el año 200 se estrenaron las nuevas insignias de las varas de mayordomos. El año 2015 se concluyó al cerramiento exterior del entorno de la ermita, que es otra de las obras que enorgullecen, y a la que siguió, el pasado año, la pavimentación y el alcantarillado del agua.

Los reencuentros en la ermita han contado con la participación de grupos folclóricos como Doña Urraca, Santarén, la orquesta Florida, el folclórico Amador, el grupo de San Lázaro y Luis Antonio Pedraza. "Adiós Argusino" también da fe de los sucesivos mayordomos elegidos.

Este año los descendientes de Argusino siguen su trayectoria y recuerdo con una pluralidad de actos que marcarán el 2017 con un realce especial.