La histórica ciudad fronteriza de Miranda do Douro se teñía el sábado del peculiar color pardo, de paños de lana de oveja negra, con la Jornada de Exaltación de la Capa Mirandesa que en su gran día estuvo acompañada por su hermana la capa parda alistana de honras. Arte tejido al golpe de batán, puntada a puntada de sastres artesanos, prendas hechas señas de identidad, compañeras de viaje y parada durante siglos en actos donde prevalecía la fe -romerías y pasiones de Semana Santa-, la familia -pedidas de mano, bodas y casamientos-, el luto y la honra.

La Avenida de Aranda de Duero acogió el desfile que contó con la presencia de alistanos y de algunos miembros de la Asociación para la promoción y el estudio de las capas alistanas.

El folclore popular y las indumentarias tradicionales de los pueblos alistanos y trasmontanos de uno y otro lado de la Raya lo pusieron los integrantes de la agrupación alistana "Manteos y Monteras" por España y los "Pauliteiros de Malhadas" y "Danças Mixtas Mirandesas" por Portugal, con exhibición de bailes frente a la Cámara Municipal del Concelho de Miranda do Douro con la presencia de su presidente, Artur Nunes, y del zamorano Ricardo Flecha ante el monumento al hombre y la mujer de Tras Os Montes y Alto Douro.

La misa tuvo lugar en la Catedral de Miranda donde se impuso la capa de honras mirandesa al monseñor Cónego Adelino Paes. Allí mismo se presentaba la capa de honras mirandesa de mujer, muy similar a la de hombre pero con el capillo y la chiva muchos más pequeños. El restaurante Sao Pedro acogió la comida de hermandad y convivencia con entrega de diplomas a todos los participantes, en el acto estuvieron veteranos alistanos como Tomás Castaño Fernández con sus 92 años, Daniel Ferreira y Antolín Román, todos ellos de Alcañices.

La nota curiosa del día la puso la ausencia, obligada y justificada, de los dos gigantes de Alcañices Tratado y Concordia" que los portugueses ansiaban ver por su calles y plazas: sus nombres representan el "Tratado de Alcañices" entre el rey de Castilla Fernando IV El Emplazado y el de Portugal Don Dinis. La Cámara Municipal de Miranda envío su autobús propio para transportar a Manteos y Monteras y a los gigantes. El problema estuvo en que en el gran autocar, las grandes dimensiones de Tratado y Concordia hicieron imposible poder meterlos dentro y hubieron de quedarse muy a su pesar en la villa de Alcañices.