El obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, "aceptó" en agosto de 2016 la jubilación de "todos sus cargos" del sacerdote José Manuel Ramos Gordón, castigado por abusar sexualmente de menores en el curso 1988-1989, cuando era profesor en el Seminario de La Bañeza. "Desde entonces no tiene ninguna responsabilidad eclesial".

Así lo confirmaba a última hora de ayer el Obispado astorgano en un comunicado oficial emitido a raíz de la exclusiva publicada por LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA sobre el primer caso público de pederastia en la Iglesia de Castilla y León.

Sin embargo el expárroco de Tábara durante los últimos 26 años, hasta que el 1 de julio de 2016 fue apartado del oficio parroquial, ha seguido oficiando misa. Hay hechos probados. En su antigua parroquia, Ramos Gordón ha celebrado la eucaristía en dos ocasiones, estando en vigor la pena impuesta por la Santa Sede. La primera de ellas fue el domingo, 18 de septiembre de 2016 con motivo de un homenaje que le tributó la Cofradía de la Virgen del Carmen de Tábara durante una celebración religiosa en la Iglesia de la Asunción de la villa.

El sacerdote volvió a Tábara el 16 de octubre de 2016 para asistir al homenaje y acto de despedida oficial de sus feligreses. En esta ocasión concelebró la misa con su sucesor en la parroquia, como acredita la cobertura informativa dada sobre el acto por este diario.

Además, la página web del Obispado de Astorga mantenía hasta ayer el nombre de José Manuel Ramos Gordón como delegado de Patrimonio. Fue por la tarde, coincidiendo con el comunicado del obispo, cuando se retiró su nombre de esta delegación.

En las primeras explicaciones oficiales del Obispado tras las revelaciones de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA sobre el escándalo de abusos sexuales, se afirma que "una vez que el entonces obispo de esta diócesis tuvo conocimiento de los hechos, siguió los protocolos establecidos para estos casos. No obstante la prescripción civil y canónica de los hechos ocurridos hace 28 años, la Congregación para la Doctrina de la Fe levantó la prescripción canónica para que se pudiera realizar un proceso administrativo penal en la Diócesis que verificara la veracidad de los hechos. Como conclusión del proceso se impuso al sacerdote la pena pertinente que aceptó con espíritu de humildad y arrepentimiento".

El Obispado de Astorga afirma que, una vez conocida la resolución adoptada, "pidió la jubilación de todos sus cargos en agosto de 2016".

La Iglesia diocesana "lamenta profundamente estos hechos tan deplorables, moralmente inaceptables y reprobables, que han repercutido de manera negativa en la imagen de la Iglesia". El Obispado "humildemente reitera la petición de perdón por el daño causado a la víctima, a la que expresa una vez más su apoyo y cercanía. Manifiesta también su dolor por el daño causado a la sociedad y el compromiso firme con la justicia y con la salvaguarda de la infancia y la juventud".

Repercusión en medios

La exclusiva publicada ayer por este diario tuvo un amplio eco en los medios de comunicación regionales y nacionales que desde primera hora de la mañana se hicieron eco del primer caso de pederastia en la Iglesia de Castilla y León. El diario LA OPINIÓN-EL CORREO fue así la punta de lanza de una noticia con importante calado.