El lobo, que es motivo de polémica en el campo donde habita y ejerce la depredación, también es polémica en los despachos donde no tiene asiento pero se gestionan las autorizaciones de su caza. No en vano es un animal que, por haber sido exterminado o por estar protegido y prohibida su caza, se pone a tiro de contados cazadores y solo un número determinado de acotados del país -buena parte en Zamora- ofrece la posibilidad de abatirlo con todas las bendiciones legales.

La concesión de permisos de la caza de lobos en la provincia de Zamora arrastra esta temporada un importante número de quejas de los titulares de los aprovechamientos cinegéticos por considerar que se aplican criterios particulares y, además, sin apenas transparencia.

De hecho, son varios los gestores que han pedido explicaciones o han expresado su malestar ante los propios responsables del Servicio de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, en Zamora, o que critican públicamente los procedimientos estilados y que consideran poco rigurosos e incluso amigables.

El establecimiento de dos turnos para la caza del predador, el primero que cumplió el pasado día 18 de diciembre, y el segundo que se prolongará hasta finales de febrero, no ha sentado nada bien a quienes tienen un cuidado especial por "la naturalización" del ejemplar abatido, ya que consideran que en el primer periodo los lobos todavía no visten la piel adecuada y prefieren cazarlo cuando se adentra más el invierno y el animal luce su mejor aspecto. Ponen de relieve que el lobo presenta un pelaje poco lustroso en los primeros meses de caza, cuando todavía son aceptables las temperaturas y los cazadores quieren tener en sus trofeos piezas abrigadas con todas las de la ley.

Sin embargo, buenas partes de sus quejas se centran en los modos de conceder o retirar las autorizaciones de la caza del lobo a los cotos. "A los que les dio la gana les quitaron el lobos" expresa uno de los gestores que ha visto mermadas sus posibilidades al no conseguir su solicitud el visto bueno en Zamora. Afirma que se enteró porque llamó por teléfono para saber del asunto. En su criterio hay preferencia en el reparto de los lobos y "siempre son los mismos" los más favorecidos. Otro de los gestores, que prefiere el anonimato para temor a posibles agravios o represalias administrativas, sostiene que conoce a titulares que les han concedido el lobo "en ambos turnos".

Reprochan algunos gestores cinegéticos la falta de transparencia en la concesión de los cánidos y reclaman una información pública mucho más transparente, con conocimiento de desestimaciones y autorizaciones.

Algunos gestores afirman que la explicación recibida por responsables del Servicio de Medio Ambiente de Zamora es eludir sus que las decisiones "provienen de Valladolid", y de este modo eluden sus responsabilidades. Sin embargo, es una justificación que otros rechazan de plano indicando que "son los que conocen los planes cinegéticos y los problemas del lobo en la provincia". No acaban de encajar, los que se ven privados de ofertar un lobo, en que la distribución de los deseados cánidos obedezca a motivos de daños y de territorialidad de las manadas.

Asimismo, la negativa de las solicitudes les da pie a entender las críticas de las organizaciones agrarias que una y otra vez insisten en que se cumplan los cupos de caza de lobos.

La Alianza UPA-COAG es especialmente exigente a la hora de reclamar el cumplimiento y para ello llevan tiempo pidiendo que se concedan más días para que pueda hacerse efectiva la caza de un animal que parece tener un sexto sentido para escapar de los acechos, y que requiere del cazador, ante todo y sobre todo, "paciencia".

La polémica por la autorización de la caza del lobo no es una novedad en la provincia de Zamora. Años atrás se criticó la concesión a un gestor de varios cotos cuando a otros les resultaba imposible conseguirlo. Fue llamativo que se impusiera la necesidad de contar con guardia de campo para poder cazar el lobo cuando esta figura era algo excepcional y no exigida en ninguna otra provincia de la comunidad. La organización agraria pide un cambio de consideración del lobo al sur del Duero, pero es especialmente crítica de la situación al norte. En su último informe señalan que "la gestión ha sido catastrófica, con cupos de caza que un año más se han incumplido hasta en un 50 %, por lo que la multiplicación de ejemplares es espectacular año tras año". La Alianza UPA-COAG exige "máximo compromiso al Gobierno regional para que realice un severo control poblacional de esta especie tanto al norte como al sur del Duero y que se indemnicen por igual, independientemente de la zona, los daños que provocan a los ganaderos".

La inclusión de lobo en los planes cinegéticos supone un plus interesante para cazadores que buscan engrandecer su palmarés con un animal difícil de conseguir, y supone una revalorización para los cotos que pueden ofrecer esta captura. El Plan de Medio Ambiente fijó para la provincia de Zamora un cupo de 120 lobos hasta el 2019.