El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil podría contar en los próximos meses en Castilla y León con el primer "agente'" canino, un perro especializado en la detección de veneno que ahora se está adiestrando en Zamora.

Luchar contra una práctica desgraciadamente arraigada en algunas zonas, se ha convertido en uno de los objetivos primordiales del Seprona en Castilla y León, unidad en los últimos años está intensificando sus esfuerzos para atajar esta lacra, tanto en acciones preventivas, como en la persecución de los delincuentes.

Los lamentables episodios que se vienen repitiendo en los cotos de caza de la Comunidad con la aparición de aves muertas sólo la punta del iceberg del problema. Los colectivos naturalistas argumentan que las dificultades para detectar a los animales envenenados hace pensar que estos datos de mortalidad reflejan sólo una pequeña parte de la que realmente se produce. Además, alertan de que el veneno afecta de forma negativa a la dinámica poblacional de las especies y puede convertirse un problema de salud pública, dado que algunas de las especies acaban entrando en la cadena trófica humana.