Monfarracinos despedía ayer las fiestas de invierno con una animada jornada dedicada al patrón de la localidad, San Martín de Tours, cuya celebración habían trasladado al domingo por coincidir la festividad en miércoles.

Los vecinos se despertaban con el sonido de las campanas de la iglesia de San Martín, ya que la Asociación de Campaneros de Zamora se había trasladado hasta la localidad para deleitar al pueblo con una pequeña exhibición de los toques tradicionales de campana. La muestra sirvió también de lección para cinco niños, algunos de los alumnos de la Escuela de Campaneros de Zamora, que echó a andar la semana anterior en Torres del Carrizal para transmitir a los jóvenes de los pueblos los secretos del antiguo oficio.

Actos religiosos

Tras la misa, el santo patrón paseó por las calles de la localidad en una procesión organizada por la Cofradía de San Martín. No faltó la música de charanga para dar al acontecimiento el tono festivo que merecía.

Como colofón a las fiestas, el salón de usos múltiples se convirtió en un restaurante de cocina tradicional de categoría, en el que 380 personas degustaron una sopa castellana y un plato de chichas, elaborados por un grupo de voluntarios de la asociación cultural Monterracinos, algunos de los cuales son cocineros de profesión. Aunque todos los comensales recibían, por el precio del menú, una bolsa con agua, pan, servilletas y cubiertos fue la limonada la que más animó la conversación en las diferentes mesas que llenaban el local.

Aforo limitado

El número de menús vendidos estaba limitado al aforo del salón, por lo que solo los vecinos más rápidos consiguieron los tickets necesarios para entrar a comer.

Las chichas procedían del cerdo sacrificado el sábado en la matanza popular al estilo tradicional que organizaron el Ayuntamiento de Monfarracinos, presidido por Manuel Martín, y la asociación Monterracinos, liderada por Daniel González. El acto congregó a decenas de familias que querían mostrar a los más pequeños el ritual que hasta hace poco se llevaba a cabo en muchas casas de todos los pueblos cuando llegaba el día de San Martín, algo que servía para alimentar a toda la familia durante varios meses.

El siguiente gran acontecimiento en la agenda de la asociación cultural es el belén viviente que llevan preparando varios años en Navidad, y que en cada edición atrae a más visitantes a la localidad.