El doctor en Biología Antonio Guillén, acompañado por un importante grupo de colaboradores científicos de varios países, entre los que se encontraban Jesús Dorda, conservador del Museo De Ciencias Naturales (CSIC), y Santos Cirujano, fefe de Biodiversidad y Conservación del Real Jardín Botánico (CSIC), presentó anteayer el libro titulado "Lago de Sanabria 2015, presente y futuro de un ecosistema en desequilibrio". El acto tuvo lugar en el salón de actos del Museo Nacional de Ciencias naturales con la asistencia de numerosos investigadores de microbiología y expertos en diferentes disciplinas.

En la publicación y en su presentación se detallan pormenorizadamente todos los cambios que están provocando la transformación y degradación de este ecosistema tan singular, por efecto acumulativo de los vertidos de origen antrópico. Además de aportar soluciones para frenar su progresivo deterioro, el trabajo ha permitido, citar y además documentar gráficamente por vez primera, hasta 300 taxones nuevos para este ecosistema, un 10% de los cuales son también nuevas referencias para la península ibérica. Se pone de manifiesto que "si hace algunos años, las aguas en situación de oligotrofia alcanzaban récords de transparencia de 14 metros, la turbidez actual reduce la transparencia del Lago a un máximo de 6,5 metros, con una media anual de 4,5 metros y episodios de 2,8 metros registrados en abril de 2013 y abril de 2014". Precisan, además, que "todos estos cambios han hecho que la biocenosis del Lago haya sufrido una transformación radical y que la inestabilidad y la pérdida de biodiversidad sean en este momento sus características principales". Los investigadores señalan que "la principal causa de esta alteración, que tiene solución", está en un sistema de depuración obsoleto y deteriorado, que hace que las aguas residuales lleguen al Lago sin procesar adecuadamente, pero también, en la existencia de varios puntos de vertido directo de aguas sin tratar a los que se unen otros esporádicos".

Para el doctor Guillén, "la llegada de aguas limpias de la cuenca alta del río Tera, junto con los organismos que aportan, puede favorecer la recuperación del Lago. Para ello, es una necesidad ineludible y extremadamente urgente la eliminación total de los vertidos contaminantes, necesidad que ya fue transmitida por la Estación Biológica Internacional (EBI) a las autoridades competentes en los meses de abril y octubre del año 2013".

Las conclusiones de la investigación se han remitido "a todas las autoridades medioambientales de las administraciones central, autonómica y local, así como a otros organismos y entidades afectadas por el problema y a la comunidad científica, aportando conocimiento y soluciones al grave problema de la calidad medioambiental del Lago". Guillén considera "que la urgente intervención de las autoridades será determinante para la recuperación de esta hermosa joya de Castilla y León, y de la vida que atesora".