La segunda fase de las obras del Santuario de Nuestra Señora de los Remedios, Patrona de Sanabria, ya ha finalizado con la sustitución completa de la cubierta de la cúpula principal. De esta forma, el Santuario queda preparado para celebrar el próximo domingo 4 de octubre y con todo su esplendor, la multitudinaria Romería anual en honor de la Patrona de los sanabreses, cuyos actos religiosos comenzarán el 25 de septiembre con la tradicional novena a intención de los devotos de la Santísima Virgen de los Remedios y de los camioneros en ruta.

Las obras iniciadas en el mes de julio han consistido en la revisión y tratamiento de la estructura de madera, la impermeabilización y sustitución completa de las losas de la nave del crucero y del presbiterio del templo, incluyendo la limpieza con chorro de arena, de aquellas partes de las paredes exteriores de granito más atacadas por la erosión y la humedad, en las mismas zonas.

La Hermandad informa que el coste de esta segunda fase, ha sido sufragado prácticamente en su totalidad (93%) con fondos propios del Santuario, completados por donativos de los devotos (5%) y el resto por la propia Hermandad.

Esta segunda fase da continuidad a las obras de la primera intervención, más compleja, desarrollada durante el año 2014. En ella se saneó la estructura, se sustituyó la totalidad de la cubierta de la nave central, y se realizó la reforma de instalaciones e iluminación interior.

Si se consiguen los fondos necesarios, y siguiendo el plan director inicial elaborado por el arquitecto Pedro Barrio en el año 2011, "esperamos que estas obras tengan continuidad en una tercera fase, que se ejecutaría, en su caso el próximo año y que se dirigiría a la cubierta del cabildo de la puerta principal del Santuario". Desde la Hermandad no se descarta una cuarta fase correspondiente a la restauración de las torres y se sigue pidiendo la colaboración de todos.

El objetivo de todas estas actuaciones es remediar definitivamente "las humedades, goteras y filtraciones de agua que se vienen produciendo de forma recurrente, con especial intensidad en invierno y que, a medio plazo, suponen un riesgo cierto, para determinadas partes del templo".

La hermandad quiere trasladar su agradecimiento al párroco de Otero, Julián Galende, a los fieles y devotos y a los técnicos, puesto que la generosidad de todos, han hecho posible estas dos fases del proyecto, tan importantes para esta joya de la arquitectura sanabresa.