Cuando apenas faltaban unos minutos para la traca final de las fiestas de Fuentelapeña, un hombre de 35 años, vecino de Fuentesaúco, sufría la noche del lunes una grave cogida durante el encierro del toro embolado. Ángel P. M., conocido en la comarca por su afición a los toros, sufrió la embestida del astado, que llevaba los cuernos de fuego, a la altura de la calle Claudio Moyano.

Hasta dos veces arremetió el animal contra el aficionado. Una primera tras la cual Ángel P. M. se levantó mientras otro mozo de Guarrate agarraba al toro por la cola en un intento de apartarlo. Sin embargo cuando el herido intentaba zafarse del astado, este volvió sobre él pegándolo contra la pared ante el espanto general de las muchas personas que a pie y desde los balcones de las casas eran testigos de la cogida.

El herido fue trasladado al Complejo Asistencial de Salamanca, donde fue intervenido en una primera operación durante más de cinco horas de la herida en la pierna. Horas después fue trasladado de nuevo al quirófano para una segunda operación.

El alcalde de Fuentesaúco, Gaspar Corrales, confirmó la gravedad de la cogida del vecino de la villa y se limitó a afirmar que es un joven "muy conocido de una familia de toda la vida de aquí que están destrozados con lo que ha pasado".

Solidaridad

Por su parte Ángela Escribano, alcaldesa de Fuentelapeña, ha lamentado el accidente "cuando solo faltaba meter al toro y dar la traca final" de las fiestas patronales del pueblo en honor a Nuestra Señora de la Asunción y San Roque. Con una gran tradición taurina, el programa festivo de Fuentelapeña ha estado plagado de espectáculos a lo largo de todo el fin de semana sin que hubiera que lamentar incidentes hasta el ocurrido la noche del martes.

La noticia de la grave cogida de Ángel P. M. corrió como la pólvora por la comarca de La Guareña, donde era habitual su presencia en los festejos taurinos. Las redes sociales se inundaron ayer de mensajes de cariño hacia el joven y de solidaridad con la familia.