Desde las organizaciones agrarias consideran que hasta ahora el consumidor ve la crisis del sector lácteo como algo ajeno a ellos, pero advierten que "si no se soluciona lo vamos a pagar todos a buen precio", ya que "si muchos productores españoles cierran, Francia impondrá los precios y el brick podría llegar a costar un euro", según el coordinador provincial de la Unión de Campesinos de Castilla y León, Enrique Cortés.

Los sindicatos recuerdan que España produce actualmente 6,6 millones de litros de leche, y consume 3 millones más, "tenemos capacidad para cubrir ese déficit, pero parece que a la distribución le interesa más que lo haga Francia", asegura Antonio Medina, de Asaja. Las entidades agrarias denuncian que incluso se llega a vender leche francesa envasada en España como producto nacional, por eso una de las principales exigencias de la "Marcha blanca" es el doble etiquetado de los productos ganaderos y agrícolas, que permita conocer la trazabilidad del producto, de dónde viene la materia prima y por dónde ha pasado, así como el coste real de producción, indentificando con claridad la leche de origen español y la que no lo es.

Por otra parte, el cierre de explotaciones de vacuno genera pérdidas en actividades relacionadas con la ganadería como la agricultura, la fabricación de piensos y la veterinaria.