Ch. S.

Ciento trece años después de llegar Justo y Pastor al altar mayor de Cerezal, concretamente en 1882, los feligreses y devotos reunieron los 100 reales con los que adquirieron las andas, sin pintar, para portarlos en las procesiones de su fiesta. Se trata de dos imágenes talladas en madera de pino policromadas. En 1985 se restauraron recuperando los vistosos y originales colores que ocultaban las entonces pinturas negras.