Los vecinos de Pereruela que viven junto a la carretera a Bermillo se sienten molestos con la Consejería de Fomento, que esta semana llevaba a cabo el bacheado de la vía, pues denuncian que los operarios "dejaron el asfalto lleno de grava, piedras que saltan cuando pasan los coches", lo que habría causado pequeñas heridas en las piernas a algunos viandantes, además de ensuciar las casas y negocios situados cerca de la calzada.

Una de las damnificadas es Rosa Redondo, dueña de una tienda de alfarería que el lunes cerró su negocio porque las pequeñas piedras negras "estaban destrozando" la moqueta blanca que cubre el suelo de su negocio, "cuatro días perdidos en pleno verano, estamos desprotegidos frente a las instituciones", se queja la artesana. Según explican desde el Ayuntamiento, el bacheado se llevó a cabo el lunes, pero el fuerte calor impidió que el alquitrán se secara debidamente y absorbiera la grava, por lo que los guijarros permanecieron sueltos en la superficie del asfalto.

El alcalde, Jesús Carnero, asegura haber estado en todo momento en contacto con los damnificados y avisó a los responsables de la obra, que el miércoles repitieron el bacheado y ayer barrieron la calzada y echaron arena. Sin embargo, algunos vecinos consideran que la solución ha sido "una tomadura de pelo, apartaron las piedras hacia los márgenes de la carretera, no las retiraron, además las aceras siguen sucias y nos seguirán entrando en casa", explica una residente.

Las casas más afectadas son las de la acera de la derecha en dirección Bermillo, otro de los establecimientos allí situados es la farmacia del pueblo, "El botiquín de Pereruela", que ha permanecido abierto, pero los dependientes afirman que "las piedras entran dentro del local y se nos pone todo perdido", y opinan que "la verdad es que se podría haber hecho de otro modo, es una marranada de obra".

Además de los vecinos que viven junto a la travesía, la obra la sufren todos los viandantes que pasan por esta calle, una de las más transitadas, pues las piedras de la acera se clavan en las suelas de los zapatos, como se puede observar en la fotografía que acompaña a esta información, tomada en la tarde de ayer. Además, algunos peatones han sufrido heridas en las piernas provocadas por los guijarros que salen despedidos por los vehículos que pasan.