El incendio desatado en uno de los pulmones de la Raya se daba ayer tarde por "estabilizado", y una vez controlado y extinguido se procederá a investigar las causas que lo originaron que, de momento, están "por determinar". Pero atrás quedan un millar de hectáreas abrasadas por el fuego en tres días, buena parte de ellas de pino, cientos de miles de euros gastados en los medios aéreos, mecánicos y humanos entregados a sofocar el estrago, y cientos de miles de euros devorados por las llamas al perderse la madera y otros productos de gran valor. Es el saldo de tres días de voraz incendio extendido por entre los pueblos alistanos de Latedo, San Mamed, Santa Ana y Trabazos.

El mayor desastre devino, sorprendentemente, tras rebrotar el fuego en la tarde del pasado jueves, cuando el siniestro parecía sometido y solo operaban sobre el terreno unas cuadrillas y máquinas dedicadas a labores de rastreo y control posibles reapariciones que suelen darse cuando todavía respiran las brasas. Entonces saltaron las piñas cargadas de calor que, al explotar a cientos de metros, sembraron de nuevo las llamas, inflamadas por el aire y las altas temperaturas, y se reavivó un incendio "con una virulencia terrible", por decirlo con expresión del delegado Territorial, Alberto Castro.

Castro defendió el operativo y la coordinación contraincendios, y derivó a las circunstancias la expansión de la ruina. "Fue imposible controlar la reproducción del fuego" dijo. Que las piñas saltan cientos de metros, que había altas temperaturas y que corría el viento son circunstancias archiconocidas. "Es una premisa básica dejar rematarlo absolutamente para evitar que reviente de nuevo, crezca y pille a todo el mundo a contrapié como ha ocurrido" expresaban ayer fuentes locales, que ve responsabilidad de la Junta en el rebrote. "Los servicios meteorológicos cuestan una pasta y están previstas las circunstancias" añadían.

Reiniciado el incendio, el escenario volvió a cargarse de espantosas llamas, de intensas humaredas y de aviones y helicópteros que surcaban los cielos como grandes pájaros soltando agua, y sobre el terreno bulldozer y grupos de personas que trataban de sujetar la lengua de fuego o combatirla como dice la sabiduría, con contrafuegos, "porque el fuego con fuego se apaga". Castro resaltó que "todos los incendios son complicados, especialmente los que se producen en un pinar maduro, que es el peor de los entornos posibles". Insistió en indicar que "las piñas cerradas, cuando cogen temperatura, pueden saltar cerca de quinientos metros, y su explosión en un entorno seco provocó que fuera como un reactivo, como gasolina". La tarde-noche del jueves fue de locura. Se declaró el nivel 1 para luego elevarlo al nivel 2 ante la amenaza de afectar a la nacional 122, y durante unas horas "se trabajó para impedir que las llamas saltaran la carretera de Santa Ana y se apoderaran de otro pinar con riesgo de llegar hasta Alcañices".

Castro, que estuvo acompañado en la rueda de prensa por el jefe del Servicio de Medio Ambiente, Casto López, y el ingeniero Guido Rodríguez, que no intervinieron, defendió la gestión realizada y señaló que "es claro que cuando no hay frente ni llama activa, se van bajando los medios". Pero se reafirmó en que "los medios estaban allí" y la prueba "es que casi quema una autobomba". "Cuando estallan unas piñas, y salta y vuelven a saltar, se sabe la dificultad y fue imposible controlarlo".

Los medios presentes ayer consistían en más de seis técnicos, 12 agentes mediombientales, seis cuadrillas terrestres de Palencia, Salamnca y Valladolid, y dos de Zamora, tres cuadrillas helitransportadas, nueve autobombas, cinco medios aéreos, la UME y la colaboración de la Guardia Civil. Castro anunció una investigación de forma inmediata, cuando se dé por controlado y extinguido el incendio. El helicóptero de coordinación ha realizado fotografías desde el primer momento, que serán analizadas y estudiadas para sacar conclusiones.

Entre lo arrasado está el "mejor pinar de la provincia de Zamora ubicado en el término de Sejas de Aliste". Así lo expresaba, hundido en lágrimas, un experto en Naturaleza y Medio Ambiente, hacia las 3 de la madrugada de ayer viernes, cuando los operativos contraincendios lograban detener la cabeza de las llamas que han sembrado de cenizas uno de los ecosistemas que destaca como ejemplo de conservación. El "Pulmón de la Raya", que durante sesenta años alentó a alistanos y trasmontanos con el verdor, su aire puro y el frescor, ha recibido un golpe mortal al perder todo su patrimonio.

Sobre las 9 de la noche el fuego ya había traspasado la carretera que une la Nacional 122 y San Mamed, dirgiéndose por la llanura hacia portilla Blanca, de Alcalñices y Alcorcillo. Los viajeros de la E-82 fueron testigos de un panorama dantesco. Era tal la humareda que el humo era visto desde Sanabria. De madrugada, quienes conocen el terreno vaticinaban la magnitud de la tragedia.

Los pinos de Sejas han sido durante años los más valorados y pagados en las subastas públicas. El monte Terneros ha sido un destacado productor de níscalos de Castilla y León, también de boletus, miles de kilos que desde 1981 han ayudado a complementar las sufridas economías familiares y aderezar la gastronomía de España, Francia, Italia, Suiza, Alemania, Portugal e incluso Japón y Estados Unidos. El verde terciopelo de la vida es ahora un lúgubre manto de carbones y cenizas.

El fuego se ha llevado por delante el monte de pinos . Desde 2013 se extraía resina en una experiencia piloto que estaba dando unos magníficos resultados, tanto a nivel de empleo como de producto.

El programa experimental se inició en 143,13 hectáreas de pinares, de entre 50 y 66 años, de Montes de Utilidad Pública, que fueron plantados entre 1950 y 1960. Las 42 hectáreas del "Monte Terneros", de Sejas, han sido arrasadas por las llamas. De momento se han salvado las 46 de Sierra Bruñosinos, en Alcañices, en la misma Raya.

La importancia resinera del monte Terneros, de Sejas, ahora quemado, lo indica el que era la más productora de resina.

Se trata de un Monte de Utilidad Públicay de las claras realizadas en los últimos años el pueblo obtenía el 85% del pago de las madereras. Ahora el problema es que la madera aprovechable se adquirirá a un precio de saldo.

Los recolectores de setas señalan ayer que el fuego "lo quema todo, hasta las raíces", y temen que pasen "muchos años antes de volver a disfrutar de los pinos y de las setas".

El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñonez, vaticinó ayer un verano "complejo y complicado" por la sequedad de la masa forestal, la falta de humedad y el viento, ejemplo de lo cual es el incendio declarado el martes en Latedo. Suárez-Quiñonez pidió a los ciudadanos que denuncien e informen las acciones ilegales que presencien, pues la mano del hombre está detrás del 92 por ciento de los incendios en la Comunidad, tanto voluntarios como imprudentes.

Igualmente, pidió "apoyo público, respeto y reconocimiento" a las brigadas que "dan su vida" por apagar incendios en un trabajo "magnífico". Sin embargo, sostuvo que el despliegue de medios "es el que se preveía tener antes del verano" y recordó que los fuegos "no se apagan con un botón, con un off y un on, y no se puede esperar".