Las llamas de una pequeña hoguera alimentada de ramajos volvieron a resplandecer ayer en Andavías para revivir una de las más singulares tradiciones, el "salto del piorno", que protagonizan las mujeres de la localidad coincidiendo con la festividad de Santa Águeda.

Vestidas con los coloristas trajes carbajalinos, las águedas brincaron sobre la hoguera cumpliendo un ritual que, según el comentario popular, tenía todo su sentido antiguamente cuando las mujeres iban muy tapadas y el salto les obligaba a levantarse la saya dejando ver tímidamente parte de las piernas para alegría de los hombres que se reunían en torno a la hoguera.

Hoy la tradición ha perdido tan pudoroso sentido pero las mujeres de Andavías se han preocupado de mantener vivo el "salto del piorno" como parte fundamental de la historia de la cofradía de Santa Águeda que hunde sus raíces en el siglo XVIII. Según explica Paqui Román, en el libro de la Iglesia "hay constancia de las águedas en el año 1713" y, con sus altos y sus bajos, han sido capaces de mantener hasta día de hoy esta fiesta de las mujeres casadas.

Este año han tomado el mando Felipa Bravo como mayordoma mayor y Laura Gago como la más joven. Como manda la tradición fue a la puerta de ésta última donde ayer se prendió la hoguera que saltaron una a una las 25 águedas en activo (hay otras cuatro demasiado mayores para participar), y fue ella quien ayer ofreció el bollo. El día anterior lo había hecho Felipa. Y Esperanza Bravo ha pasado este año la bandera a Purificación Gago.

La fiesta había comenzado el jueves con las vísperas y la chocolatada. Ayer por la mañana todas asistieron a la misa por las cofradas difuntas, sin los trajes como señal de respeto. A mediodía se vistieron para la comida, el "salto de piorno" y el baile de por la noche. Hoy terminan cuatro intensos días de fiesta corriendo el gallo por la mañana y por la noche una cena en la que ya dan participación a los maridos para cerrar la celebración de Santa Águeda con un gran baile.