Chany Sebastián

La villa de Tábara se llenó de música, color y tradición el pasado fin de semana gracias al exitoso Encuentro transfronterizo y regional de danzantes de paloteo de España y Portugal que logró sembrar las calles y plazas con los bailes guerreros y las antiguas indumentarias de 8 poblaciones, seis hispanas, Tábara, Almaraz de Duero y Muelas del Pan (Zamora), Ampudia y Fuentes de Nava (Palencia) y Villanubla (Valladolid), y dos lusas, las de Póvoa y Sendim (Tras os Montes). El tiempo permitió realizar el desfile por la Avenida Brilat Galicia, Capitán Cortés, Puebla, Sol, Santa Rosa y Plaza Mayor. No obstante, el temor a la lluvia obligó a trasladar las actuaciones de previstas para la Plaza Mayor al interior del polideportivo municipal.

Los tabareses, grupo compuesto por ocho danzantes, tamborilero con flauta pastoril y birria, cuyo primer cita escrita data de hace ya 243 años, - en 1771 la cofradía del "Santísimo" recogió en sus actas el pago de la comida a los bailarines-, ofreció los lazos "Veinte de noviembre", "Carmelita", "La verde", "Veinticinco" y "La Pasión". En 1948 la Escuela de la Cerámica de Madrid, con Jacinto Alcántara como director, plasmaron el traje de danzante o bailón, que se está recuperando. Tras caer en el olvido la danza se retomó en 1983, volvía a decaer y ya en 2005 se recuperaba, habiéndose rescatado del olvido ya 17 de sus 25 lazos. Históricamente, sus citas ineludibles eran el Lunes de Pascua (San Mamés y San Blas), Corpus Christi, Virgen de la Asunción y El Carmen.

Muelas del Pan, cuyas danzas constan de 32 lazos religiosos y profanos y "La Bicha", bordaba los lazos "La verde", "Filla", "La Piñera", "A vos mía", "La cordera" y la "Contradanza". Utiliza palos de espino hechos a mano.

Almaraz de Duero cautivó con "La cruz", "Señor mío Jesucristo", "el Gallo" y "Mambrú". Salió a la calle en 1936, antes de la Guerra Civil, y se perdió hasta 1948. Algunas generaciones siguieron danzando, en casa, pues no volvía a salir a las vías públicas hasta 1983 cuando se recuperó de nuevo gracias a los maestros el "Tío Vicente" y el "Tío Alfonso". Hasta ese año fue una danza exclusivamente masculina, fecha en que se incorporaron las mujeres, introduciendo para ellas una falda similar al pantalón de varón. Hubo comida de hermandad, Carlos del Peso disertó sobre los "Danzantes para el Siglo XXI" y visitaron la iglesia de Santa María.