El hermanamiento de la villa de Fermoselle y del municipio italiano de Roccagloriosa, tendrá como una de las repercusiones la recuperación de la matraca, un instrumento de percusión utilizado en los pueblos durante la Semana Santa, para sustituir el sonido y el repique de las campanas, que, en señal de luto, debían permanecer en completo silencio después del Jueves Santo y hasta el Domingo de Resurrección.

El documento de presentación de la idea de colaboración cultural y hermanamiento entre ambos municipios, un proyecto financiado a través de programas europeos, hace referencia al uso de la matraca, que tanto los vecinos de Fermoselle como Roccagloriosa usaron durante siglos con presteza y diligencia.

Según exponen los promotores italianos de la idea, «al amanecer del Sábado Santo, dos precesiones, una con el Cristo y la otra con la Virgen de los Dolores, recorren el pueblo por dos calles diferentes, y solo se encuentran en el Calvario para seguir juntas hasta la iglesia principal de Roccagloriosa». Precisa, al respecto, «que antes de la procesión, los chicos del pueblo pasea por las calles con carrozas, pero el fuerte sonido que recorre las calles es el de las matracas, llamadas troccioles en Italia, que suplanta al tañido de las campanas, que permanecen en silencio en señal de luto».

Los fermosellanos también hicieron uso de este artesano instrumento y ven en el hermanamiento con el municipio italiano, ubicado en la provincia de Salerno, una posibilidad de recuperarlo y reactualizarlo, bien rescatándolo de los rincones y del olvido, bien por medio de la construcción de nuevas piezas. Tomás Marcos resalta que el hermanamiento «está vinculado a la recuperación de tradiciones» y apunta que la matraca fue utilizada en la villa «hasta hace unos cuarenta años». No obstante, es una pieza desaparecida y que actualmente resulta hasta difícil de localizar.

Parece ser, según refiere Francisco Huertas, la matraca llegó a Italia «de la mano de los conquistadores españolas» durante la época imperial, que, como es sabido, no solo hicieron gala de la bravura de los tercios sino que también llevaron consigo la firmeza de mantener la fe cristiana contra toda otra fe o herejía.

El hecho es que Roccagloriosa ha desarrollado «una oferta turística que quiere revalorizar la antigua tradición religiosa del Sábado Santo. Es una procesión, organizada por dos cofradías desde hace más de 200 años, que sigue teniendo su atractivo e interés entre los habitantes». Tal y como se indica, «es una representación sacra que sigue guardando hoy en día la antigua teatralidad popular, y las calles se convierten en escenario y los habitantes en actores».

La matraca fermosellana, a diferencia de otros instrumentos no menos ruidosos, como la carraca, consiste «en una plancha llana de madera sobre la que golpean dos o más pomos o elementos de hierro o madera argollados a la plancha».

El proyecto del hermanamiento tiene como objetivo, según precisa el documento remitido desde Roccagloriosa al Ayuntamiento de Fermoselle, exportar y hacer una puesta en valor tanto de las tradiciones religiosas como de los recursos turísticos. Es de resaltar que ambos municipios pertenecen a escenarios declarados Espacios Protegidos, aunque con diferente figura de protección, ya que el italiano pertenece al Parque Nacional del Cilento y Valle de Diano, y Fermoselle a un Parque Natural, si bien de naturaleza internacional por su conjunción con la vertiente portuguesa del Duero, también protegida por la propia razón de ser de las aves que, en parte, dignifican el territorio.

El hermanamiento es concebido como una posibilidad de fortalecer y promocionar los recursos de ambos municipios al potenciarse las actividades culturales, patrimoniales y turísticas que pueden repercutir en la revitalización social y económica de ambas poblaciones.

Este hermanamiento, aprobado ya en sesión plenaria, tiene entre otras finalidades «promover el conocimiento de destinos turísticos menso conocidos pero con recursos muy importantes como son los recursos ambientales, sociales, artísticos y, por supuesto, religiosos. Tomás Marcos hace hincapié en la semejanza que guardan Fermoselle y Roccagloriosa por cuanto que «ambas viven del cultivo de los olivos, de la viticultura, del turismo y hasta los escudos se parecen».

«Fue utilizada en la villa fermosellana hasta hace unos cuarenta años»«Es una plancha de madera llana sobre la que golpean dos o más pomos de hierro o madera»Tomás MarcosGerente de «Marqués de la Liseda»