Con buena leña, asadores, decenas de kilos de castañas, hojas de berzas y mucha voluntad un grupo de padres voluntarios del CEIP Monte Gándara de El Puente colaboraron en la celebración de la fiesta del magosto en la que participó toda la comunidad escolar. Una forma divertida para los alumnos de despedir una semana de tareas y afrontar el fin de semana. Todos años se realiza esta tradición representativa de la tradición popular en los colegios de la comarca.

El viernes fue una jornada intensa para los estudiantes que estuvieron nerviosos toda la mañana a la espera de las actividades extras de la tarde. En el patio del colegio los balones rodaban de portería a portería en el recreo de después del almuerzo. Suena la sirena pero hoy no se sube a las aulas para recoger los deberes. La tarea está fuera del colegio. La primera asignatura extra fue la carrera solidaria «Save the children» que puso a correr a niños, padres y profesores, para ayudar zancada a zancada a niños desfavorecidos dentro de las campañas que organiza esta organización no gubernamental, y con la que colabora el colegio de El Puente desde hace más de un lustro. Las profesoras acompañaban de la mano, si era necesario, a los más pequeños hasta completar el recorrido, una vuelta alrededor del cuartel. Algunos padres también le dieron a la zapatilla y completaron la vuelta, y otros animaron desde las aceras a los corredores. Los más mayores tenían que completar cuatro vueltas y todos lo lograron, aunque alguno se buscó un atajo. Todos llevaron un único dorsal «salvar a los niños».

Cuando los niños llegaban a la meta de su actividad deportiva, otro grupo de padres completaban la faena de cortar y colocar la leña, asar las castañas y disponer el avituallamiento de fin de carrera. Este año los niños no trajeron un puñado de castañas para la fiesta, sino de una bolsa en adelante. Las familias han recogido muchas castañas aunque todos los años sobran castañas en la fiesta escolar. Tampoco faltaron personas que desde hace años colaboran con el colegio para asar, aunque sus niños ya están en el instituto. Decenas de kilos de castañas saltaron de la caja al asador, y del asador a los cucuruchos. Los jóvenes corredores repusieron energía, hasta la próxima carrera.