Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Zamora hallaron una cerca-trampa para capturar especies de caza mayor. El cercado, que abarcaba una superficie de 2.000 metros cuadrados, estaba instalado en una finca de la comarca zamorana de Tábara. Este hallazgo es el resultado de una investigación llevada a cabo por efectivos del Seprona para “erradicar problemas de furtivismo de la caza mayor en la zona, principalmente el lobo”, según informó hoy la Comandancia de Zamora.

Los agentes detectaron la existencia de un “cercón-trampa” en una finca ubicada en la comarca de Tábara. “Esta trampa, con una extensión de unos 2.000 metros cuadrados, tenía la finalidad de capturar cualquier tipo de animales de caza mayor, particularmente jabalí, procedentes del espacio natural que rodea la finca”, indicaron las mismas fuentes. “Una vez dentro del cercado, los ejemplares de la fauna silvestre se convierten en animales en cautividad”, agregaron.

La Guardia Civil explicó que para atraer a los animales hacia el vallado-trampa, se deposita un cebo en la jaula que da entrada al recinto acotado. “Esta jaula consta de dos puertas, una de entrada desde el exterior de la trampa y otra que da acceso al interior de la cerca. El cebo se coloca próximo a la puerta interior, haciendo que el animal se tenga que introducir dentro de la jaula”, aclaró.

El cebo hace saltar el mecanismo que cierra la puerta del exterior, de manera que el animal queda atrapado entre las dos puertas de la jaula. Posteriormente, el furtivo solamente tiene que abrir la puerta interior para que el animal pase dentro del terreno cercado y quede cautivo. “Este tipo de trampa es masiva y no selectiva, lo que puede originar daños a cualquier especie, no solo cinegética, sino también a las consideradas silvestres que pueblan la comarca, como los tejones”, resaltaron las fuentes de la Benemérita.

Sufrimiento extremo

Además, estas trampas causan un “sufrimiento extremo” a los animales que quedan atrapados en ella, especialmente en la jaula de entrada, ya que “al ser salvajes e intentar huir, se golpean contra el mallazo metálico provocándose heridas e, incluso, la muerte”. Los responsables del Seprona desconocen, por el momento, el destino exacto de los animales capturados pero, habitualmente, “se suelen utilizar para formar parte de cebo para la caza ilegal del lobo, para la cría en cautividad o para la venta para sueltas en otros espacios distintos”.

Los animales hallados dentro de la cerca se encontraban en buen estado, por lo que fueron liberados y devueltos al espacio natural del que proceden. Las investigaciones realizadas por el Seprona de la Guardia Civil permitieron identificar al presunto autor de estos hechos, que ha sido denunciado ante la Delegación de la Junta de Castilla y León en Zamora. La jaula quedó precintada a disposición del Servicio Territorial de Medio Ambiente.

Sancionado por ley

Este tipo de actos ilícitos constituyen una infracción de la Ley de Caza de Castilla y León, que establece sanciones con multas que pueden alcanzar hasta 3.900 euros, y de la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad, protectora de la fauna, la flora y todo tipo de espacios naturales, con sanciones de hasta 200.000 euros. “Según anexo de La Orden Anual de Caza FYM/502/2013, de 25 de junio, se establece el valor de las piezas de caza a efectos de indemnización, en el caso de jabalí de 3.087 euros por pieza, valor que puede ser establecido como responsabilidad accesoria a los infractores de éstos ilícitos administrativos”, apuntaron las fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Zamora.