Olmo de la Guareña celebró ayer la festividad en honor a la Virgen de la Paz con todo el brillo, la devoción y la felicidad posible para un pequeño y hermanado pueblo. Este año sorprendió con la novedad de añadir al tradicional ofrecimiento del pan, el vino y unas flores, el presente de una azada y una paleta, así como de una carpeta con folios. Es un ofrecimiento realizado en atención a los desempleados que buscan trabajo en la vida, bien sea en sectores de exigencia más física y manual, bien sea en el campo de la intelectualidad o que tienen que ver más con el esfuerzo de la mente.

La jornada comenzó con la animación musical de una charanga que recorrió el pueblo llevando la música a todos los rincones. Como viene de costumbre, la charanga acompaña a los corporativos cuando se prestan a buscar a las mayordomas -que este año ejercen un grupo de personas- para luego acudir todos en buena armonía hasta la iglesia para asistir a la celebración de la santa misa. La celebración fue oficiada por el párroco, don Manuel, que estuvo acompañado por una feligresía que abarrotó el templo hasta el punto de tener algunos devotos que seguir el desarrollo de la homilía de pie.

El ofertorio, cuyas ofrendas son portadas por niños y jóvenes, contó con el suplemento de las herramientas y útiles de trabajo en consideración a las personas que buscan encarrilar el futuro en una situación laboral tan complicada como la presente, marcada por un desierto laboral que exige recurrir a todos los remedios e incluso a la imploración divina. La niña que este año cumplió con el sacramento de la comunión gozó del privilegio de estar presente en el altar durante toda la ceremonia.

Otro de los momentos distinguidos y estelares de la celebración religiosa radicó en la procesión con la imagen de la Virgen de la Paz, que fue portada en andas por diversas calles del pueblo. La marcha procesional estuvo encabezada por la charanga. Tiene la particularidad de que tras los músicos suelen ir en algunos tramos las personas bailando aunque sin detenerse en ningún momento el recorrido. Una posición destacada ocupó la persona de más edad del pueblo, Gemana, que este año cumple 90 años, así como la niña confirmada este año, que lució para la ocasión su reluciente vestido. No menos sobresalientes es el instante en que, al llegar de nuevo a los ámbitos del templo, se procede a la subasta de los banzos de las andas, que da pie a que pujen las personas que desean meter de nuevo a la Virgen en el interior de la iglesia. Partiendo de 30 euros, este año se alcanzó la cifra de 110, 100, 50 y 40 euros. Como suele ser habitual, el más valorado es el correspondiente al banzo delantero derecho. Es una subasta que cuenta con especial participación de las personas comprometidas con promesas de salud y, este año, también laborales. La subasta está dirigida, como desde hace años, por Saturnino Sierra.

La jornada se completó con un aperitivo español, ofrecido por el Ayuntamiento y el grupo de personas este año tomaron el cargo de mayordomas. El pueblo disfrutó en esta ocasión de una nutrida mesa colmada de embutidos, empanada, tortillas y toda suerte de refrescos. El festejo siguió su curso por la tarde con un campeonato de tute.

La noche del sábado, la población disfrutó en la verbena con la música desgranada por la orquesta «Almaraz».