¿Nos va a quedar a los ayuntamientos margen para tomar decisiones?, ¿por qué los secretarios no son funcionarios de la administración pública?, ¿qué adelantamos con los distritos de interés comunitario (DIC), en qué nos van a beneficiar?. En pleno debate sobre la ordenación del territorio los alcaldes se cuestionan qué va a ser de sus competencias, con qué recursos van a contar y, lo más preocupante, ¿van a seguir teniendo los pueblos los servicios básicos "in situ", por muy pequeños que sean?.

El delegado de la Junta, Alberto Castro, protagonizaba ayer en Bermillo la quinta reunión informativa con alcaldes -esta vez de la comarca de Sayago- con el objetivo de explicar las directrices del nuevo modelo territorial y, lo que es más importante, escuchar las dudas e inquietudes de los representantes municipales. «No queremos eliminar ningún Ayuntamiento -tranquilizó-; estamos hablando de gestionar mejor sin dejar de prestar todos los servicios». Desaparecerán las mancomunidades, confirmó Alberto Castro, que se sustituirán por los llamados distritos de interés comunitario, con un mayor recorrido competencial y concebidos para «fomentar el equilibrio y la cohesión territorial, y suprimir las duplicidades». Distritos que asumirán las nuevas inversiones en materia de residuos, ferias comarcales, sanidad animal, bibliotecas, centros culturales y cívicos, complejos deportivos, oficinas de turismo, promoción turística y deporte.

Con la experiencia que en Sayago acumula la Mancomunidad de Servicios Sayagua, el responsable de la Junta consideró que «en esta comarca van mucho más adelantados porque ya saben cómo dar servicios a una población muy dispersa, tienen una mancomunidad que va más allá que en otras zonas. Aquí hablar de distritos es más fácil de entender cuando ya realmente están agrupados y tienen una estructura mucho más avanzada».

Ni con toda la experiencia del mundo los alcaldes eran capaces de entender el alcance del nuevo modelo territorial que, por otro lado, aún está en mantillas. Surgen por ello las dudas y cuestionamientos. José Ignacio Isidro, alcalde de Villadepera, defendió el mantenimiento de servicios por muy pequeños que sean los pueblos y se preguntaba sobre el margen de decisión que les quedará en un futuro a los ayuntamientos. «La titularidad no te la va a quitar nadie, hay maneras de motivar sin perder las competencias», respondía el delegado.

Manuel Ramos, de Fariza, puso énfasis en la progresiva «falta» de recursos de los ayuntamientos. «Se quedan muy cortos. Yo creo que la estructura del territorio tiene que hacerse en base a la comarca, hay que potenciar la comarca».

El regidor del Torregamones puso el acento en el riesgo de que «los servicios básicos desaparezcan». «Comprendo que ahora hay mucho ruido -terció Castro-, pero no os dejéis engañar: las escuelas seguirán abiertas y la Junta no va a quitar médicos».

«¿Entonces, en qué nos van a beneficiar los DIC con respecto a lo que tenemos ahora?», preguntó el alcalde de Roelos. «Van a ofrecer un mapa competencial y jurídico que ahora no existe», le contestó el delegado territorial. «Lo que os pedimos es que cuando mandemos el borrador lo leáis, hagáis las aportaciones que consideréis y que permitan mejorar la ley». Si algo dejó claro Alberto Castro es que la integración en los DIC será voluntaria, «pero queremos motivar a todo el mundo porque si quieres que se te preste un servicio vas a tener que estar dentro de ellos». Blanco y en botella.

El mensaje parece claro: menos estructura administrativa y más eficiencia a la hora de la gestión. El cómo, nadie todavía es capaz de aclararlo. El delegado de la Junta recorre la provincia para escuchar las aportaciones de los alcaldes y así consta en las actas de las reuniones que se remiten a las comisiones de trabajo encargadas de elaborar el proyecto de ley sobre la ordenación del territorio que pretende sacarse este año.

Con la de ayer en Bermillo, ya son 191 los municipios que han participado en las reuniones de ordenación del territorio. Falta la que se celebrará en junio con representantes de la zona de Toro y Guareña, y que probablemente tenga lugar en Venialbo.