Casi medio centenar de mujeres de la localidad de Formariz de Sayago estrenarán el sábado los trajes típicos confeccionados por Soledad López Moreno, que a lo largo de los últimos doce meses ha rematado nada menos que cuarenta. Son trajes que constan de diversas prendas, como falda, delantal, esclavina y faltriquera, y cuyas portadoras vestirán además camisa y medias blancas.

La presidenta de la Asociación «Santa Colomba», Ana Benéitez Benéitez, enmarca el acto dentro de una fiesta organizada con motivo de San Isidro, pero muy especialmente porque este año se cumplen los cien años de la compra de la dehesa de Formariz por los colonos que habitaban entonces sus contadas edificaciones.

Los vecinos asistirán a una misa «en honor a los antepasados» y procesionarán con la imagen de San Isidro para bendecir los campos. Benéitez afirma que «será una recuperación y un recuerdo de lo que hicieron los padres y abuelos porque ahora ya casi nadie siembra». También será un momento brillante el baile del ramo, donde las protagonistas lucirán los relucientes vestidos ante los presentes.

A la extraordinaria tarea de la confección de los trajes ha estado entregada en cuerpo y alma Soledad López, casada con el sayagués y natural del pueblo Manuel Benéitez. López adquirió el compromiso con las integrantes de la Asociación por su vocación a la costura, oficio que ocupó su vida profesional, en Madrid, y que todavía mantiene como «hobby». Afirma que la labor de sacar adelante tantos trajes típicos «ha sido algo voluntario mío» y, además, que lo hace «con felicidad». Para llevarlos a buen término se bastó con medir la cintura de las mujeres y de las jóvenes, quienes corrieron con los gastos de la tela.

Respecto a las características de los folclóricos trajes, Ana Benéitez Benéitez pone de manifiesto que «Formariz es un pueblo que tiene una corta historia, y por tanto hemos hecho algo que se parezca a los trajes que vestían nuestras abuelas, pero con colorido, porque ellas vestían de negro». Resalta que la labor realizada por Soledad López «tiene mucho mérito», y destaca la perfección de los mismos. No es para menos, pues ha dedicado a la aguja «mañana, tarde y noche», según expresión de Manuel Benéitez, marido de la costurera. Algunos trajes han sido diseñados para niños y, en la mente está sacar adelante algunos trajes típicos para caballero, una de cuyas prendas será entonces el chaleco. Este lucimiento de los trajes se concibe como un preámbulo de las celebraciones que se proyectan para el verano, cuando el pueblo de Formariz cuenta con mayor número de habitantes, muchos de ellos de vacaciones. Para tales fechas la población tiene previsto celebrar con otros actos de mayor calado la compra de la dehesa, y su conversión en pueblo.