Dos sepulturas del cementerio de San Félix de Cerecinos de Campos fueron seriamente dañadas esta semana por un acto vandálico. Las tumbas fueron halladas con las losas que las cubren rotas y fuera de su sitio.

El suceso ha coincidido prácticamente en tiempo con el ocurrido en el campo santo de la localidad de Villafáfila, donde cerca de una veintena de túmulos aparecieron con las losas y las cruces destrozada y con la oleada de robos que sufre la comarca.

El alcalde del municipio, Andrés Alonso, explicó que «el estado de los panteones fue descubierto el pasado jueves con las losas partidas. Son dos sepulturas nuevas, que están juntas y cuyos daños no han sido producidos ni por obras cercanas, ni nada por el estilo, sino a mala fe».

Es esa mala fe la que ha indignado a los vecinos del pueblo ya que los túmulos pertenecen «a dos familias muy apreciadas y ejemplares, lo cual hace descartar una posible venganza o algo así». A ello se une el que estén ubicadas en la parte de atrás del cementerio, muy cerca de la tapia, lo cual favorece la consecución del acto vandálico sin «ser vistos y con una rápida huida saltando el muro».

Cerecinos de Campos cuenta con dos cementerios, el de «arriba» o de Santa Marta y el de «abajo» o de San Félix, donde ha tenido lugar el suceso.

El regidor ha puesto inmediatamente los hechos en conocimiento de la Guardia Civil, la cual ha iniciado las pertinentes investigaciones «a ver si dan con los desaprensivos que han hecho semejante esto».

Alonso no se atreve a relacionar el suceso acaecido en Cerecinos con el ocurrido en Villafáfila, pero si concreta que «da la casualidad de que ha ocurrido en el mismo tiempo y después de los robos ocurridos en Revellinos y en la bar de Villafáfila. Es más, en esos días también robaron aquí en dos casetas particulares donde se llevaron llaves de paso, aspersores y gasóleo». Ante esto, los vecinos de la localidad prefieren pensar que el suceso sea «acción de unos gamberros y que no vaya más allá después de todo lo que está pasando en la comarca».

El alcalde confirmó que los propietarios de las sepulturas «están indignados por los hechos» y tan rápidamente como han podido han llevado a cabo «las obras para volver a cerrar las tumbas. Qué van a hacer sino».

Sin embargo, mientras se da con los causantes de los destrozos el suceso ha corrido como la pólvora por la zona y unido al de Villafáfila y los robos hace que los habitantes «sientan algo de inquietud, porque te ves desprotegido sobre todo en el tema de los cementerios, que es algo muy sagrado». Alonso reconocía la estupefacción que había causado en el pueblo el suceso, ya que «aquí en la vida había pasado nada igual»