Los Reyes Magos de Oriente recorrieron las localidades de Villalba de la Lampreana, Manganeses de la Lampreana y Villamayor de Campos repartiendo regalos e ilusión entre cientos de niños.

Haciendo frente a la crisis los ayuntamientos y asociaciones culturales derrochando imaginación organizaron diversas cabalgatas que recorrieron las calles de las localidades terracampinas.

Así, los niños de Villalba de la Lampreana recibieron a sus Majestades de Oriente y en el Consistorio de la localidad los Reyes repartieron los regalos con en años anteriores. Todos los niños y los no tan niños recibieron los regalos. A continuación sus Majestades visitaron a los enfermos de la localidad para finalizar con una chocolatada con bizcochos para todos los presentes.

En Manganeses de la Lampreana la cabalgata recorrió las principales calles del pueblo saludando desde sus carrozas y acompañados por los pajes que les ayudaron durante toda la noche a repartir sin demora los juguetes que los pequeños y no tan pequeños les encargaron.

Los Reyes magos también llegaron a Villamayor de Campos en una noche mágica en la cual el nerviosismo y la ilusión de los niños se contagió por todas las calles con la Cabalgata. Sus Majestades de Oriente salieron del Ayuntamiento y una vez sobre su carroza fueron acompañados por sus respectivos pajes durante el recorrido por las calles, y desde la cual fueron repartiendo varios cientos de kilos de caramelos, parando en la parroquia de Santa María, donde se representó la escenificación del nacimiento del niño Jesús. Así, los Reyes entraron en la Iglesia haciendo la representación del ofrecimiento, oro, incienso y mirra, finalizado sus Majestades regalaron a los niños de la representación unas chuches. Después se trasladaron al Salón se usos múltiples donde fueron llamando por su nombre a los niños para entregarles parte de los regalos, con la correspondiente emoción y nerviosismo al oír sus nombres.

La organización de la cabalgata ha querido hacer un reconocimiento especial para el Ayuntamiento, puesto que dejó unos trajes nuevos, para que sus Majestades no pasasen frío.