La muerte por envenenamiento en los últimos tiempos de once aguiluchos laguneros, dos de ellos en los términos zamoranos de Cañizo y Villamayor de Campos, ha llevado la Fundación Global Nature a pedir a la Consejería de Medio Ambiente «que proceda de forma inmediata a la paralización de la actividad cinegética» de los cotos donde han aparecido fulminados los cuerpos de las aves.

Además, han solicitado una reunión con el director General del Medio Natural de la Junta de Castilla y León «para que tome cartas en el asunto» sobre unos episodios de muerte que revelan las prácticas del envenenamiento en los terrenos de caza. Requieren, además, que «se comprometa a llevar a cabo una investigación pormenorizada que concluya con la identificación y sanción de las personas responsables de hechos que atentan no solamente contra el patrimonio natural sino también contra la propia salud pública».

El director de la Fundación Global Nature en Castilla y León, Fernando Jubete, señaló ayer que el envenenamiento es un problema de primera magnitud e hipoteca a muchas especies que están vinculadas a las zonas húmedas en época de cría, pero que en la época de caza se encuentran con el veneno. Respecto a los once aguiluchos laguneros que los que se tiene constancia que han aparecido muertos por envenenamiento en los últimos precisó que, en Zamora, el último apareció el pasado mes de febrero en el término de Cañizo, y el anterior hace dos años en el término de Villamayor de Campos.

Cuando apareció el primero piensas que es un poco de mala suerte, pero cuando aparece un segundo caso -en referencia al aguilucho aparecido en Cañizo- que lleva todo el invierno sin moverse de la zona, que no se mueve más de tres kilómetros a la redonda, y el primer día que hace un movimiento dispersante para buscar hembras, muere envenenado, entonces salta la alarma.

Para la Fundación Global Nature «es especialmente grave el hecho de que la práctica totalidad de los envenenamientos se hayan producido dentro de espacios naturales, concretamente la Reserva Natural de las lagunas de Villafáfila y la Reserva Natural de La Nava y Campos de Palencia». Igualmente resulta preocupante «la impunidad con la que quedan los autores de estos delitos recogidos expresamente en el Código Penal».

Jubete insistió en que se pedirá a la Administración, que tiene herramientas para suspender la actividad cinegética, que actúe con contundencia en estos casos, y aludió a municipios donde se repiten con frecuencia y de forma redundante. Jubete manifiesta que pillar in fraganti colocando el veneno es prácticamente imposible.

Destacó que la Fundación se ha gastado 1,5 millones de euros, en un proyecto Life para recuperar las lagunas donde habitan las aves como para luego tirarlo por tierra en Zamora, Valladolid o Palencia.

La Fundación Global Nature ha notificado estos hechos a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, al Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino y a la Comisión Europea. La Fundación Global Nature se personará además en el último de los episodios acontecido hace escasos días en la localidad de Frechilla (Palencia).

La provincia de Zamora cuenta con entre 21 y 39 parejas reproductoras, según recoge la monografía elaborada por SEO/BirdLife sobre el aguilucho lagunero. SEO/BirdLife lleva desde al año 2004 realizando un extraordinario trabajo de actualización de la información sobre el tamaño de las poblaciones de diferentes aves así como del área de ocupación (distribución) y evolución, para conocer su estado de conservación.

Desde octubre de 2006 la Fundación Global Nature viene desarrollando, según informa, «un programa de radio-marcaje de ejemplares de esta especie en el Canal de Castilla (Palencia), actividad que se enmarca dentro del proyecto Life «Restauración y gestión de humedales: ZEPA Canal de Castilla».

El principal objetivo «es la restauración y manejo de un total de 35 pequeños humedales asociados a este curso fluvial y donde se enclava la población reproductora más importante de aguiluchos laguneros de Palencia».

Un total de 11 aguiluchos laguneros han sido marcados con transmisores satélite GPS, lo que ha permitido conocer con exactitud sus movimientos. De estos 11 pájaros, tres han aparecido muertos a causa del veneno, uno en Cañizo, otro en Villamayor de Campos y otro en Frechilla (Palencia). Además, otros dos aguiluchos laguneros no marcados con emisores satélite han aparecido muertos por veneno en las localidades palentinas de Paredes de Nava y Fuentes de Nava.

El aguilucho lagunero es una rapaz de mediano tamaño, vinculada de forma muy estrecha a las zonas húmedas, donde suele ubicar su nido en lo más intrincado de la vegetación palustre. Su población en Castilla y León fue estimada en el año 2006 en tan solo 247-307 parejas.