Villarrín de Campos vivió ayer el «Día Grande» de sus fiestas patronales en honor del Cristo de los Afligidos. Más de doscientos caballistas y cientos de personas se dieron cita por la mañana para disfrutar del encierro de campo celebrado en el pago de «La Atalaya», donde se dio suelta a dos vacas. El festejo, que transcurrió sin incidentes, ofreció durante dos horas buenos momentos en los que los astados dieron juego a los jinetes y a los vehículos que llenaron la pradera. A las doce de la mañana se inauguró el mercado medieval que este año ha contado con la presencia de 25 puestos de venta de productos de la tierra, artesanía y alimentación. El alcalde de la localidad, Leoncio Flórez, mostró ayer su «satisfacción» por cómo están transcurriendo las fiestas «sin incidentes de ningún tipo y disfrutando todos mucho de los actos y eso que el pueblo está a reventar de gente».

Y si hay un espectáculo que congrega a cientos de personas es el desenjaule del Toro del Cristo, que ayer, una vez más, hizo correr a los más decididos. El astado se rezago por la calle San Marcos, pero «las vaquillas dieron mucho juego». Los jóvenes protagonizaron vistosas carreras a pesar de que la calle estaba «hasta arriba de público».

La jornada concluyó con los tradicionales fuegos artificiales , financiados por los mayordomos del Cristo y el Ayuntamiento. «Es una actividad única en la provincia, gracias a que los mayordomos se encargan de recaudar y trabajan para superarse en cada edición y sorprender a todos», prosigue Leoncio Flórez. Este año se han destinado más de 6.000 euros para lograr un espectáculo pirotécnico «de altura». Villarrín prosigue hoy con los actos festivos del Cristo de los Afligidos con la celebración de una santa misa y se ofrecerá un refresco en el que participarán todos los vecinos y visitantes.