La localidad de Fresno de la Ribera ha sufrido durante dos noches una oleada de robos que mantiene en guardia a toda la población. Durante las noches del pasado miércoles y jueves el municipio ha sido objetivo de los cacos que han asaltado tres naves y tres viviendas una de ellas habitada por sus moradores.

Los ladrones iniciaron sus acciones en la noche del pasado miércoles cuando fueron asaltadas tres naves que se encuentran en las afueras del núcleo urbano. En una de ellas ocupada por ganado, según puso conocer este diario, provocaron destrozos en las instalaciones y revolvieron el material de una pequeña oficina. En las otras dos los asaltantes volvieron a causar daños materiales y se llevaron una radial y una máquina de soldar.

En la noche del miércoles, Fresno de la Rivera volvió a ser objetivo de los cacos y en esta ocasión fueron viviendas del pueblo. Dos sin habitar y una habitada, la propia casa del alcalde. Según explicó el regidor, Emilio Fernández, «en mi domicilio no llegaron a entrar porque tengo perros, pero estuvieron andando por la tapia que separa mi casa de la de mi hermano». Reconoce que esa noche sintió revueltos a los perros, «como ya sabía lo que había pasado la noche anterior, salí los tranquilicé y volví a casa. No acaba de entrar cuando me avisaron que habían visto a dos personas que saltaban de mi tapia y huían corriendo».

De las otras dos casas los cacos, que entraron dentro tras romper las alambradas exteriores y unas ventanas, tan solo se llevaron una televisión «grande» de plasma y algunos objetos personales de sus dueños.

Tras los hechos delictivos de los últimos días los vecinos de la localidad se sienten «alarmados e intranquilos» y en alerta ante cualquier ruido extraño o ante el paso por la localidad de personas desconocidas. El alcalde de Fresno confirmó que «no sabemos quienes puede ser, porque nadie los ha visto. Tampoco se ha visto movimientos extraños de gente por el pueblo a otras horas». Los hechos han sido ya denunciados ante la Guardia Civil, la cual desde los días de autos mantiene una discreta vigilancia en el municipio de día y de noche.

Emilio Fernández explica que «no podemos acusar a nadie, porque no sabemos a donde dirigir las miradas. Tampoco parece una gamberrada de un grupo de chavales».

El munícipe quiso dejar bien claro que tampoco se puede culpar a inmigrantes, algunos asentados a un kilómetro del pueblo en el término municipal de Coreses, «ya que no es su modo de actuar y no hay indicios que los culpen. Es más, algunos de ellos "con papeles y trabajando" suelen venir por el pueblo sin que ocurra nada».

Tras las denuncias en estos días se han iniciado las pertinentes investigaciones policiales con el fin de dar con los responsables de los hechos delictivos.

Fernández reconoció que la localidad nunca había sido sometida a un situación de robos como la padecida en estos últimos días, «siempre hay algún robo esporádico, sobre todo en las naves, pero de esta manera no, en seis sitios y distantes las naves de los domicilios».