Más de doscientos niños disfrutan en el mes de julio de «Erase una vez», el campamento de verano del colegio «Sancho II» organizado por la Asociación de Madres y Padres del centro zamorano, en la Escuela Hogar de Puebla de Sanabria. Esta nueva edición se desarrolla en el mundo de los cuentos.

Por estas instalaciones han pasado en el primer turno un centenar de alumnos de tercero a quinto curso de Primaria, y en el segundo turno otro centenar de alumnos de quinto de Primaria a primer curso de Educación Secundaria de toda la provincia.

Todas las actividades del campamento de verano, juegos, talleres, teatro, deportes , excursiones, etc. giran para niños y monitores en torno a los personajes de cuento y las historias de la fantasía. El castillo de Puebla centraliza uno de esos juegos. Un sábado por la mañana los turistas que visitan el baluarte defensivo se encuentran de soldados y cortesanos a los personajes de los cuentos. En la torre del homenaje residen unos peculiares reyes, madrastra incluida. En las caballerizas vive un brujo, en el patio de armas está el príncipe, personajes y más personajes hasta completar el cuento.

Cada actor improvisado tiene una aventura y una misión que los niños tienen que completar. El campamento reúne a 23 monitores a lo largo del mes, que asumen su papel. Los chavales suben y bajan de una torre a otra, ante la mirada estupefacta de unos turistas alemanes. Quien no se pierde detalle es una familia asturiana con una niña de corta edad que ha visto cumplido su deseo, ver a los reyes del castillo. La pequeña se suma al juego sin ningún miedo. La culpa de que el cuento es de José Barrueso, coordinador del campamento porque en su caracterización de abuelita persigue a todos los visitantes interesándose por la suerte del lobo, que al final de este cuento no aparece. Hay hasta una pandilla de malos, Solam, que se camuflan entre las caperucitas, los magos, las princesas, las hadas y un largo etc. de personajes.

Este juego de "roll" es parte del proyecto que incluye una visita para conocer Puebla, el Lago de Sanabria y el río Tera y practicar deportes a lo largo de dos semanas. Las paredes de la Escuela Hogar son un mural representativo de la literatura infantil, en letras mayúsculas, incluso los monitores trazan el perfil de alguno de los cuentistas más famosos, o mejor dicho de los literatos de cuentos más importantes. El salón de actos del edificio se disfraza de teatro de los sueños, con grandes murales donde están los personajes más reconocidos del mundo de la magia. Pero antes de llegar al salón de actos hay que traspasar el hall de la escuela convertida en cueva de brujos.

Entre alumnos y monitores se pone en marcha otro juego donde se trabaja en talleres y se obtiene una remuneración por los trabajos. La moneda oficial son los colorines y los croas, explica una de las niñas del grupo, Noelia Antúnez Martínez, mientras hace pulseras a la orilla del río Tera.

Además de «repasar» esa literatura, que es un primer paso para engancharse a la lectura, los chavales del campamento asisten a varias conferencias que profundizan en los valores medioambientales de la zona. Una de esas explicaciones corre a cargo de los técnicos del proyecto del lobo en Robledo, Javier Franco Sanabria y José Luis Santiago Fidalgo. Los grupos de 25 en 25 niños permanecen atentos al audiovisual, que luego completa José Luis Santiago con más detalles sobre el lobo ibérico que presenta bastantes diferencias respecto a su familia americana. A lo largo de sus vivencias conocen las especies habituales como el corzo, el zorro, la nutria? con un taller de huellas que identifican a cada especie. La flora también está presente en este cuento por la naturaleza.

La narración de cuentos e historias cierra cada jornada de campamento con el objetivo de conseguir que otro niños cuente un cuento o bien escuche una narración.