«Por primera vez en la historia de España corremos un riesgo escalofriante de que nuestros hijos y nuestros nietos vivan en peores circunstancias, con menos derechos, con más dificultades para acceder a la jubilación, con peores salarios y con peor calidad en el empleo que la que hemos disfrutado nosotros como padres en base al esfuerzo de nuestros padres». En declaraciones a este diario, Cándido Méndez, secretario general de UGT, justifica así la huelga general del 29 de septiembre, que las organizaciones sindicales ya preparan a toda máquina. Y de ello hablaron ayer en el encuentro informal celebrado en Castroverde de Campos entre el máximo responsable de la Unión General de Trabajadores y el secretario general de la Federación del Metal, Construcción y Afines de UGT, Manuel Fernández López «Lito».

El primero camino de Lugo, donde hoy clausura la «V Escuela de Mujeres Dirigentes de UGT», y el segundo hacia su Asturias natal, aprovecharon la mesa y mantel del Mesón «El Labrador», conocido sobradamente por ambos, para intercambiar impresiones sobre la situación actual, sumamente caliente con una huelga general en ciernes. «Ha sido una decisión difícil, porque supone que los trabajadores renuncian a un día de su salario, pero las decisiones injustas y equivocadas del Gobierno no nos han dejado otra alternativa», expresó un Méndez muy determinante. «Vamos con todas las consecuencias. Llegaremos al tuétano de los centros de trabajo para explicar a los trabajadores las razones por las cuales les pedimos que secunden nuestros planteamientos renunciando a un día de salario».

Porque, por encima de los «elementos materiales» que han llevado a paralizar el país el 29 de septiembre, como es la reforma laboral o de las pensiones, está el peligro de que «la escalada ascendente en los derechos de los trabajadores se trunque. Esta huelga es para ganar el futuro, para que no nos lo empobrezcan», declaró en Castroverde de Campos el secretario general de la Unión General de Trabajadores.

Cándido Méndez incidió en las dificultades con las que se encuentran los sindicatos, con «una corriente mediática» en contra «muy fuerte». Asegura que «en España hay profesionales mediáticos del odio y hay profesiones de desregulación. Todos los profesionales de la desregulación de los derechos labores no son profesionales del odio, pero todos los profesionales del odio son profesionales de la desregulación. De manera tal que, como piensan que el último obstáculo para hacer un recorte generalizado de los derechos de los trabajadores son las organizaciones sindicales, por eso hay esta ofensiva que, por cierto, no es la primera. Es verdad que es la primera que se produce con tanta virulencia, pero no es la primera».

Recordó que «si hay enseñanza pública, pensiones públicas, sanidad pública, si los trabajadores tienen derecho en caso de infortunio o enfermedad a una prestación económica, a una prestación por desempleo, si hay un mecanismo que es el convenio colectivo para redistribuir de manera menos injusta los frutos del crecimiento económica, todo eso se debe a los sindicatos». Méndez aseguró que «no van a conseguir» desprestigiar a los sindicatos.

Porque «nuestra raíz es muy profunda». «En el fondo son ingenuos malévolos porque piensan que si quitan de en medio a las organizaciones sindicales de clase en los centros de trabajo, no habrá nada y quedará el trabajador inerme frente a las decisiones del empresario. Eso no es así, en España hay una cultura sindical muy acendrada, nunca lo van a conseguir. Y, en el caso de que lo consiguieran, que se desilusionan porque la ausencia de interlocución sería el caos».