El servicio de recogida de cadáveres volvió a fracasar ayer en su empeño por retirar los animales muertos en la explotación del ex alcalde y ganadero de Peque, Rafael Lobato.

El camión quedó embarrancado a unos trescientos metros al no existir un camino de acceso adecuado a la nave y tener que intentar el acercamiento a través de campo libre o de las fincas particulares.

Los cadáveres no han podido retirarse desde el pasado 15 de diciembre y son aprovechados por diferentes aves y animales silvestres que no dudan acercarse hasta el lugar donde se apilan, convertido en un muladar y donde ya se han retirado un total de 16 ovejas.

La situación ha sido puesta en conocimiento de diferentes organismos y administraciones por su impacto medioambiental e incluso higiénico-sanitario, sin que hasta la fecha haya existido otra determinación que una profusa comunicación burocrática de exculpación de responsabilidades.

El término de Peque está inmerso desde hace tiempo en el proceso de concentración parcelaria, al que parece supeditarse la solución de los correspondientes viales.