La Asociación Monte Trasierro, de Codesal, considera la resolución de la Junta de Castilla y León que declara concluso, por desistimiento, el procedimiento de evaluación de impacto ambiental del proyecto de concesión de la explotación pizarrera Claudia como «una victoria de la organización y unidad de la ciudadanía».

Desde la Asociación Trasierro se afirma que «nuestro rechazo a este proyecto siempre se fundamentó en la baja calidad de la pizarra, en el nulo impacto en la creación de empleo y el desarrollo socioeconómico de la zona y en el gran impacto medioambiental, dado que se pretendía abrir un gran pozo, de unas 20 hectáreas, en el "corazón" de la Reserva de la Sierra de la Culebra (la mejor reserva europea de ciervos y lobos) con las consiguientes consecuencias negativas para la flora, la fauna y los recursos piscícolas».

Ponen de manifiesto, además que «en la protesta social, administrativa y política desde hace ya casi tres años siempre hemos sentido y contado con el apoyo de otras entidades, colectivos y personas de los pueblos del entorno a los que queremos agradecer su implicación en la defensa de una causa común que pasa por la preservación racional de nuestro entorno natural como fuente de riqueza y desarrollo».

Para la citada Asociación la resolución dictada por la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León «pone fin a la lucha emprendida por el pueblo de Codesal a través de la Asociación de Propietarios Monte Trasierro (APMTC) contra la pretendida cantera en el paraje de Las Canterotas del término municipal de Codesal».

El proyecto minero incoado por Pizarras Boya S. L. despertó pronto las quejas vecinales por considerar que la extracción de pizarra no reportaba unos beneficios socioeconómicos rentables para compensar una explotación de esta naturaleza en un espacio protegido. Además, en la mente de todos flotaba la estampa de la pizarrera de Boya, que no ofrecía réditos laborales y económicos visibles en la población de la zona. A todo ello se sumó, luego, la mortandad de truchas en el embalse de Valparaíso, que hizo poner a algunos los ojos en los aguas derivadas de la cantera.