La III Campaña de Excavaciones en el castro de «El Castillón», de Santa Eulalia de Tábara, dirigida por los arqueólogos José Carlos Sastre Blanco y Óscar Rodríguez Monterrubio, tiene como objetivo prioritario «establecer una cronología completa del asentamiento y comprobar si se extiende a épocas históricas anteriores», ya que el castro podría remontarse a la Edad del Bronce. El nuevo período de excavaciones se desarrollará a lo largo de todo el mes de agosto. La iniciativa, enmarcada en el Proyecto de Investigación y Difusión sobre el Patrimonio Arqueológico de la Provincia de Zamora, continuará los trabajos realizados en años anteriores con la finalidad de lograr nuevos hallazgos que permitan ampliar el conocimiento sobre este yacimiento, del que se tienen datos sobre su poblamiento en época tardorromana y visigoda (siglos IV-VI d.C).

Este año el proyecto se centra exclusivamente en las excavaciones de «El Castillón», en Santa Eulalia de Tábara. En «Peñas de la Cerca», en Rionegrito de Sanabria, los trabajos en el yacimiento arqueológico consistirán en analizar la información recogida hasta el momento. «El castro de Santa Eulalia nos está dando unos resultados más interesantes y espectaculares», asegura José Carlos Sastre, que justifica de esta forma la elección de centrar sus esfuerzos en el yacimiento de «El Castillón». Los trabajos de años anteriores se han dedicado al análisis del interior de la muralla y las estructuras relacionadas con el trabajo metalúrgico en el castro. Este año los esfuerzos se dedicarán a saber cómo vivían los pobladores de «El Castillón» y los utensilios que empleaban. Se intentará documentar las diferentes estructuras internas y dimensisones de la vivienda que fue descubierta el pasado año, de época tardorromana. Además, se realizarán sondeos para tratar de establecer una cronología más antigua «que podría remontarse a la Edad del Bronce», pues en un abrigo del castro se han localizado pinturas esquemáticas, que prueban una presencia más antigua.

Oscar Rodríguez recordó la importante aportación de los voluntarios, que este año colaborarán de nuevo en el proyecto. «Nosotros organizamos la campaña durante todo el año, dirigimos la excavación e investigamos una vez que se acaba, pero sin ellos no podríamos conocer cómo vivían los pobladores del castro a través de su cultura material», afirma Rodríguez. Procedentes de distintas universidades de España y el extranjero, han llegado al proyecto gracias a las universidades, foros de Internet o la web del Instituto de Arqueología Norteamericano. Los trabajos que realizan los voluntarios complementan sus estudios, ya que llevan a cabo un trabajo de campo consistente en la excavación, la toma de fotografías, la recepción de dibujos o la limpieza de los materiales. Además, tendrán ocasión de conocer el patrimonio cultural de la provincia.

Los directores de la excavación recalcan la importancia de difundir su trabajo. Para ello han realizado conferencias en años anteriores o talleres con campamentos juveniles. Las piezas halladas se destinan al Museo Provincial, donde pueden ser consultadas aunque no estén expuestas. Feliciano Ferrero, Secretario del Patronato de la Fundación Científica de la Caja Rural de Zamora, que financia el proyecto arqueológico, valoró los buenos resultados de las dos campañas anteriores, motivo por el que se sigue con una labor de investigación «en beneficio de toda la provincia, porque nos ayuda a conocer nuestros orígenes».

LAS CLAVES

Una colaboración imprescindible

Dos grupos de catorce voluntarios cada uno trabajarán durante el mes de agosto en el yacimiento. Los estudiantes proceden de las Universidades de Salamanca; Valladolid; León; Granada; Autónoma de Madrid; País Vasco; Santiago de Compostela; Castilla-La Mancha; Extremadura; Valencia y La Laguna, así como de la portuguesa Coimbra; la universidad de Londres, la de Alberta (Canadá), o la estadounidense Cornell University.