Torrefrades.- El Ayuntamiento de Bermillo de Sayago, al que pertenece la población de Torrefrades, ha comenzado las obras de rehabilitación de la conocida como "Casa de Viriato"- donde la tradición oral asegura que vivió el pastor lusitano que se rebeló contra el imperio romano-, dado el lamentable estado en el que se encontraba.

La mejora implica la conservación de la estructura exterior y la instalación de nueva techumbre, mientras que en el interior se efectuará una nueva distribución con el objetivo de transformar la construcción en un edificio de usos múltiples en el que tendrán cabida desde una biblioteca a una sala para los jóvenes de la localidad.

La primera fase de la puesta a punto consiste en la limpieza del interior de la vivienda y la renovación del tejado. «Iremos restaurando en función del dinero que dispongamos», asegura el alcalde Bermillo, Norberto Núñez que espera realizar en «poco tiempo». Pese a la reiterada petición vecinal para restaurar la vivienda, durante dos legislaturas los problemas para conseguir financiación han impedido realizar la obra. «En una ocasión logramos un 20% del coste del proyecto, pero no teníamos más fondos para poder realizar el resto», reconoce el edil del PP de Torrefrades, Miguel Angel Manzano.

Una subvención del grupo de acción local Aderisa que asciende a 30.000 euros y la partida de los fondos provinciales destinados al pueblo, otros 30.000 euros, han hecho posible que comience la remodelación. Se da el caso de que los propios vecinos decidieron en una reunión invertir la aportación de la institución regional realiza en el municipio al arreglo de la vivienda.

Otro aspecto que ha ralentizado el proceso ha sido que la casa era propiedad de Patrimonio y «ni nos concedían subvenciones para que no se cayera ni nos la cedían», reconoce Miguel Angel Manzano. En el momento en que la vivienda ha pasado a titularidad municipal se ha agilizado el proceso para restaurarla.

La casa, datada en el siglo XVIII, se había deteriorado mucho en los últimos años al caerse parte del techo y ya ni tenía puerta. «Era un peligro tal y como estaba», apunta Martínez. La "Casa de Viriato" acogió las escuelas durante varias décadas del pasado siglo y en la paredes existían rótulos como "da de comer al hambriento y Dios de dará sustento" o "La envidia lleva consigo su torcedor y camino" que con el paso del tiempo se han ido estropeando al igual que unas mesas desvencijadas que había en alguna de las dependencias «pero el material no tenía valor y estaba inservible», concreta Miguel Angel Martínez. Posteriormente, una familia vivió en ella hasta hace 15 años, momento en el que se convirtió en improvisado archivo municipal hasta que el precario estado del inmueble obligó a que los documentos que se albergaban en el interior se trasladasen al edifico que acoge al consultorio médico.