Un profesor o profesora de Religión debe predicar con el ejemplo y mantener una vida conforme a la doctrina de la Iglesia o su comportamiento en el ámbito privado es algo totalmente independiente, es la cuestión de fondo analizada el martes en el juicio celebrado en Valladolid donde la docente Carmen M.S. ha invocado la nulidad de su despido como consecuencia de sus dos separaciones anteriores y su tercera relación sentimental.

En el juicio, que quedó visto para sentencia en el Juzgado de lo Social número 2 de Valladolid, tanto la Fiscalía como el Arzobispado y la Junta de Castilla y León, estas dos partes en calidad de demandadas, han hecho causa común a la hora de solicitar la desestimación de la demanda por entender que el despido de la profesora por parte de la Consejería de Educación, a propuesta de la institución religiosa, se ajusta a Derecho y conforme con distintas sentencias por hechos similares.

Las tres partes aludían así al caso de otro docente de León cuya reclamación fue desestimada, primero por sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León en 2015 ratificada más tarde, en 2017, por el Tribunal Supremo, al considerar ambos tribunales que la no renovación al docente de la declaración de idoneidad o "missio canónica" por parte del Arzobispado es causa suficiente que justifica la extinción de la relación laboral con el trabajador.

Sin embargo, el letrado de la actora, denuncia que el AMPA del centro donde impartía clase su patrocinada no puso pega alguna a su labor y recuerda que su divorcio se produjo ya hace 18 años y la autoridad eclesiástica conocía perfectamente su situación familiar, con lo que ha acusado tanto al Arzobispado como a la Junta de "impedir su derecho a rehacer su vida". Por ello, ha solicitado la nulidad del despido y consiguiente readmisión. La profesora fue despedida del Colegio Pedro I de Tordesillas.