El secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, advirtió ayer a la Junta de Castilla y León de que el compromiso de déficit "es irrenunciable" y le ha recordado que la política supone "priorizar".

En una visita a la Delegación del Gobierno en esta comunidad, Beteta recordó que la devolución parcial de la paga extra a los funcionarios es algo que el Ejecutivo central "ya ha efectuado" porque las arcas del Estado "lo han permitido sin poner en peligro el déficit", pero ha puntualizado que ese pago es "algo voluntario" que las autonomías deben decidir cómo acometer sin alterar el cumplimiento del objetivo fijado, que en 2015 es del 0,7 por ciento del PIB y en 2016, del 0,3.

En este sentido, animó a la Junta a negociar con las centrales sindicales para acordar un calendario de devolución que no obstaculice la consecución del déficit y descartó que esto pudiera quedar fuera de esta contabilización, ya que los criterios "no los fija el Estado, sino Eurostat".

Asimismo, insistió en que las entregas a cuenta a Castilla y León por parte de la Administración central en 2016 superará los 300 millones de euros, mientras que el "esfuerzo" a que deberá hacer frente la comunidad para acometer el objetivo será de 205 millones, de manera que "cumpliendo aún quedan más de 100 millones adicionales para poder gastar", de modo que la Junta tiene "margen de actuación".

El secretario de Estado respondió así a las advertencias de la consejera de Hacienda castellanoleonesa, Pilar del Olmo, acerca de las dificultades que tendrá la región para alcanzar la cifra de déficit marcada.

"Problemas los tenemos todos, aunque los ingresos van mejor, yo he visto las previsiones de ingresos de los Presupuestos de Castilla y León y hay un incremento que permitirá que se pueda llevar a cabo", aseveró.