Caja España y Caja Duero han acordado presentar el balance del primer semestre del año con un beneficio neto de 13,4 y 13,3 millones de euros, respectivamente, lo que supone un 65,4 por ciento menos que en el mismo periodo del año anterior en el primer caso y un 67, 6 por ciento inferior, en el segundo, según informaron a la agencia Ical fuentes de ambas entidades que desde que iniciaron el proceso de fusión han pactado el resultado de sus balances.

Según estos datos, el total activo de Caja España, que preside Santos Llamas, alcanza los 25.198 millones de euros, lo que supone un descenso interanual del 3,4 por ciento. En cuanto a los recursos de clientes, depósitos de la clientela, valores emitidos negociables y pasivos subordinados se han situado en 18.265 millones, lo que significa un descenso del 8,9 por ciento, mientras que el crédito a la clientela suma los 14.356 millones de euros, con una reducción del 6,9 por ciento interanual. En este sentido, los préstamos con garantía real (los más importantes) ascienden a 9.938 millones de euros, un 3,6 por ciento menos que hace un año.

La grave crisis económica ha provocado también un incremento de la tasa de morosidad de la entidad que se situó en el 5,89 por ciento en el mes de junio, frente al 5,68 por ciento de finales de año y una cobertura sobre dudosos del 55,88 por ciento y de créditos del 5,48 por ciento, gracias a unas dotaciones para los fondos de cobertura de 864 millones de euros. La recesión ha provocado también una reducción del 31,7 por ciento de la liquidez en el primer semestre y del 10,2 por ciento interanual y se ha situado en los 2.637 millones de euros. La entidad apunta también, en un informe recogido por Ical, que la situación de los tipos de interés, en mínimos históricos, ha afectado al margen de intereses que ha caído un 18,3 por ciento en un año, mientras que las comisiones netas han disminuido un 0,7 por ciento debido a la menor actividad. Los resultados de operaciones financieras se sitúan en 63,4 millones de euros, frente a los 140,9 del año anterior. Todo ello sitúa el margen bruto a junio de 2010 en 293,8 millones de euros, lo que supone un 29,5 menos que hace un año, como consecuencia de los menores resultados de las operaciones financieras.

Las pérdidas por deterioro de activos financieros ascienden a 113 millones de euros, frente a los 236 del año anterior, lo que hace que el resultado de la actividad de explotación se sitúa en los 18 millones de euros, un 55,4 por ciento inferior al del periodo del año anterior.

En cuanto a Caja Duero, que dirige Julio Fermoso, destaca que la situación de crisis provoca que la entidad cierre el semestre con un balance consolidado de 21.440 millones de euros, lo que supone un aumento del 3,5 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior. Sin embargo, pone de manifiesto que la entidad ha sufrido un primer semestre muy negativo en cuanto a morosidad, que sin embargo ha tenido una «contención notable» en el segundo trimestre, en que sólo se incrementó en 47 millones de euros. A finales de junio, Caja Duero contabilizaba un total de 1.047 millones de euros en activos dudosos, un 40 por ciento más que hace seis meses, cuando se registraban 744 millones. La tasa de morosidad se sitúa, de esta forma, en el 5 por ciento y la tasa de cobertura en el 42,6 por ciento.