El grupo de investigación del Instituto de Neurociencias de Castilla y León, compuesto por los científicos Rafael Coveñas, Arturo Mangas y Soraya Tabera, ha probado la efectividad de las células mesenquimales en la inhibición de la esclerosis múltiple, que al parecer consiguen también una mayor supervivencia de los linfocitos B y T, gracias a los ensayos realizados en el modelo animal de la enfermedad.

La investigación, que se inició en septiembre de 2007 y que fue financiada por la Red de Terapia Celular de Castilla y León, es única en España, ya que según informó el investigador Arturo Mangas, este laboratorio salmantino cuenta con un convenio que le permite trabajar en exclusiva con un tipo de ratón, llamado Lewis 1A, que les hace sensibles a la enfermedad.

Aunque los resultados son esperanzadores, Mangas matiza que hay que hacer más ensayos, porque que inhiba el modelo de la enfermedad en animales no quiere decir que en pacientes ocurra lo mismo. Sin embargo si se mostró optimista con los resultados que apuntaron una mayor supervivencia de los linfocitos, que indican que "podrían modular la enfermedad".

Por este motivo destacó la importancia de continuar con esta línea de investigación, cuyo artículo científico se encuentra actualmente en período de revisión, y demostrar así si es eficaz también en humanos.

La esclerosis múltiple es una enfermedad degenerativa autoinmunitaria, es decir, ocasionada por el propio organismo, en la que las defensas del paciente no reconocen como propia la mielina, que es la capa que recubre el sistema nervioso central, lo que hace que se estropee y lesione los nervios, produciendo problemas de movimientos, de memoria o de visión que se agravan con el tiempo.

Afecta a más de dos millones de personas en el mundo y actualmente no tiene una cura conocida, de ahí la necesidad de incentivar líneas de trabajo encaminadas a arrojar nuevos datos sobre la esclerosis múltiple, que recordó es una dolencia especialmente dramática porque es crónica, degenerativa y que sufren en mayor número mujeres jóvenes, de entre 20 y 40 años.

Este científico incidió en que tanto él como su equipo no quieren crear "falsas esperanzas" y explicó que hay que ser conscientes de la "magnitud" de la enfermedad, que está en un proceso progresivo constante, aunque si esperan "aportar algo más" para seguir avanzando.

De hecho, recalcó que "nadie tiene en mente curar la enfermedad", por lo que si se consigue "estabilizarla", sería ya un "gran logro".

Proceso

El proceso que han seguido estos investigadores comenzaba con la extracción de la médula ósea de los huesos lagos de la rata, en la que hay muchos tipos celulares. Se diferenciaba las células mesenquimales y cuando se tenían aisladas, se cultivaban para expandirlas en la sala de cultivo e inyectarlas por vía intravenosa en los animales a los que se les había inducido la enfermedad.

La continuación de este proceso se centrará primero en realizar estudios histológicos, para comprobar si había alguna alteración en los animales, para después continuar con la investigación para aplicarlo a pacientes en posteriores ensayos clínicos.