Según señaló a la agencia Ical Fernando Martínez Maíllo, en el Consejo de Administración de Caja España que ha dado el visto bueno al proceso de fusión con Caja Duero se ha expresado el malestar de los consejeros de estas provincias porque puedan quedarse sin ningún tipo de sede de la caja fusionada, una decepción que ha sido respaldada por otros miembros del Consejo. Por ello, reclamó en una intervención en el Consejo de Administración que en la negociación definitiva, que se abre ahora, se tengan en cuenta a estas ciudades a la hora de tomar decisiones.

Del mismo modo, en la reunión de hoy tomaron la palabra representantes sindicales para dejar claro que su voto afirmativo estaba condicionado a la aprobación de un plan laboral que sea aceptado por los representantes de los trabajadores.