La antigua cofradía del Padre Eterno en Camarzana de Tera ponía fin, al atardecer de ayer, a los festejos en honor a la Trinidad. Tras el relevo de los mayordomos, la entrega de las varas, de quien hasta ahora ha venido desempeñando el cargo, Andrés Rodríguez, al matrimonio Emilio Rodríguez y María Paz Fernández, se enfilaba el camino de regreso al pueblo desde la ermita donde se han celebrado los actos desde el viernes, para degustar en la nave municipal, las típicas avellanas, frutos secos y refrescos.

Una tradición que se remonta a muchos años atrás en esta Hermandad del Padre Eterno que fuera fundada en el año 1692. Hace ahora 324 años.

Desde el viernes pasado se han venido celebrando los festejos en la campa y ermita junto al Regato. Un arroyo que llegó a desbordarse por tres ocasiones este año anegando una buena parte de la explanada junto a la ermita. La generosidad de las aguas y la buena climatología han prodigado una alfombra verde que fue agradecida por los numerosos devotos.

La imagen del Padre Eterno era trasladada desde la iglesia parroquial a la ermita, al atardecer del viernes. Su entronización en el altar provoca emociones entre los numerosos devotos.

Tras los oficios religiosos en los que no falta el canto del himno de la cofradía, los vecinos de Camarzana participan en una merienda en la explanada con la que se daba paso a la jornada del domingo con una misa al mediodía, la comida campera y los bailes regionales con el grupo zamorano "la Morana". Ayer era el día dedicado a los difuntos y el relevo en el cargo de la mayordomía.

Los vecinos de Camarzana de Tera celebran esta fiesta como una de las más emotivas y populares. No en vano, la jornada de ayer lunes es fiesta local. La veneración que profesan muchos devotos a esta imagen del Padre Eterno forma parte de la intrahistoria de Camarzana. Su ermita se ubica junto al Regato y en las inmediaciones de la carretera N-525 en dirección a Santa Marta. Un templo que ha sufrido varias remodelaciones a través de los tiempos, la más reciente la renovación de la cubierta del edificio.