Nuestra Señora del Agavanzal, la patrona que despide a los romeros y peregrinos al cruzar el Valle del Tera para adentrarse en las tierras de Carballeda y Sanabria, "entraba ayer en novenas", como se dice por esta zona. Los devotos de la Virgen del Agavanzal acudieron a la misa en el santuario y el desfile procesional con la imagen hasta la iglesia parroquial.

La entrada en novenas de la veneración a la Virgen coincide con la bendición de los campos. Un acto que el párroco Aurelio Miguélez realiza en plena comitiva procesional ante la campiña de esta zona de Coto Redondo donde la tradición aduce que en los albores del siglo XVII se apareció la Señora en un matorral de agavanza al noble Diego de Bustamante y Melgar quien posteriormente mandó erigir una ermita.

Desde entonces el templo con sucesivas modificaciones constructivas ha venido perteneciendo a los herederos del mayorazgo de Covadonga con casa palaciega en Toro, hasta que fue vendido el 17 de octubre de 1950 al Obispado de Astorga y ello por una cantidad de 3.250 pesetas, como se detalla en el acta notarial.

Desde el santuario hasta la iglesia parroquial, en un trayecto de 1,5 kilómetros, los devotos de Olleros de Tera procesionaron a la Virgen del Agavanzal para rendirle novenario en el pueblo y posteriormente esta imagen vestidera del siglo XVIII será trasladada hasta su sede en la ermita donde permanece habitualmente en el camerino central del retablo barroco mandado construir en 1730 por la familia Bustamante con ocasión de la ampliación de la ermita.