Los ladrones se llevaron en la madrugada de ayer una campana de la torre de la iglesia de Carracedo de Vidriales. Del instrumento sonoro únicamente dejaron en el suelo el badajo. El párroco denunció la sustracción ante la Guardia Civil.

En la "operación" tuvieron que participar varias personas debido al peso de la campana (más de 150 kilos) . Todo apunta a que se sirvieron de un camión pluma para poder descender la campana y trasladarla hasta un lugar desconocido. Sin huellas en el suelo porque el acceso desde la carretera hasta el templo se hace por un corto trayecto de camino con gravilla compactada y los alrededores del templo se encuentran pavimentados con losetas de piedra. Todo limpio y en la oscuridad de la noche. A salvo de miradas indiscretas porque la iglesia se encuentra a la entrada del pueblo, sin casas a su alrededor, solo el cementerio como testigo. Un robo limpio y sin ruido.

Los ladrones únicamente querían apropiarse de la campana, dejando el yugo o contrapeso, incluso el badajo, sus ataduras y los anclajes que sujetan al instrumento sonoro permanecían todavía por el suelo del vano y del campanario. Para perpetrar el robo arrancaron el cable y el cuadro eléctrico del altavoz de la torre, instrumento éste que también fue hace años objeto de los cacos.

Los hechos ocurrieron en la pasada noche o en la madrugada, ya que en la tarde anterior, la del miércoles, el alguacil estuvo realizando trabajos alrededor de la iglesia. Incluso en la jornada anterior, la del martes, se ofició una misa en el templo. Poco antes del mediodía de ayer jueves, el alcalde pedáneo Óscar Javier Delgado Tostón se encontraba junto al templo paseando los perros cuando al elevar la mirada se dio cuenta de que el vano izquierdo de la espadaña estaba vacío. Inmediatamente ascendió a la torre por la escalera exterior construida sobre el muro frontal y no daba crédito a lo que estaba viendo. O a lo que no veía. Del hueco había desaparecido la campana y los hierros estaban tirados por el suelo. "Hasta el badajo estaba allí bien colocado", relata. El alcalde pedáneo alertó al alcalde del Ayuntamiento de Ayoó, del que forma parte la localidad de Carracedo y al párroco. El sacerdote acudió al lugar y se dirigió al cuartel de la Guardia Civil para interponer una denuncia.

Poca población

El campanario de la iglesia de Carracedo de Vidriales alberga tres vanos con sus correspondientes campanas y uno pequeño superior con una campanilla. La campana que fue sustraída era la más antigua, fundida con bronce fino debido a su toque sonoro, al decir ayer de algunos vecinos. Su compañera ha sido fundida más recientemente, concretamente en el año 1960 en la salmantina casa Cabrillo. De la sustraída se desconoce cuando fue instalada y, por supuesto, fundida.

El reducido número de vecinos de Carracedo que habita en el pueblo ya no oirá el tañido de sus campanas, al menos por el momento. Se tendrá que conformar con los toques de badajo de la campana que aún permanece. Y ello con ocasión de los funerales o en las fiestas, o si ocurre algún fuego, porque es cuando se venían transmitiendo los sonidos. Para la próxima cita festiva, la del patrón san Lucas todavía queda un tiempo, el tercer fin de semana de agosto. Para entonces es probable que el vano que desde ayer se encuentra vacío, aloje una campana. Puede ser que sea la misma, ya recuperada para elevar su sonido por la vega del Almucera, desde esta antigua iglesia dedicada a san Miguel Arcángel y cuyos muros rezuman historia. No en vano el templo fue construido sobre una antigua sacristía de los templarios.

Este robo de la campana de la iglesia perpetrado en la pasada noche en Carracedo viene a suceder a los ocurridos recientemente en la localidad y en la zona con la entrada en varias casas desocupadas apropiándose de objetos diversos, como ya informaba este diario.