El grupo de cerca de una veintena de personas que cada martes acuden a la Casa de Cultura la Encomienda de Benavente para recibir clases de pintura ya son amigos que comparten su afición por el óleo.

De la mano del profesor José María Fadón Mangas, cada uno elige, según sus gustos o el lugar al que va a ir destinada, la lámina o la fotografía que plasmará en el lienzo. El profesor va recorriendo el lugar que ocupa cada uno de ellos y les va dando indicaciones y algún brochazo cuando le reclaman porque se les resiste una sombra o una línea.

Algunos han elegido para reproducir una fotografía que tomaron durante algún viaje de un lugar que les resultó atractivo y que pretenden retener en el cuadro, así como la sensación que les produjo en aquel instante. Ese es el caso de Onésimo, que viene cada martes desde Arrabalde y está pintando ahora el faro de Candás, o su hijo Javier que está pintando una pradera de Alcubilla de Nogales con las flores de la pasada primavera.

Una vez terminados los cuadros se sumarán a otros que ya cuelgan en las paredes de sus casas o servirán como regalo para amigos o familiares.

Algunos de los alumnos llevan ya más de seis años acudiendo a estas clases, como es el caso de Conchita, una maestra jubilada que ha encontrado en la pintura un modo de «pasar el rato», como ella misma dice, y de hacer algo que permanezca. Considera que después de toda una vida en activo trabajando, es necesario llenar con actividades las horas del día y mantener la mente activa, al mismo tiempo que hablar y relacionarse con otras personas.

La mayoría de ellos han tenido siempre la inquietud de la pintura y han encontrado en estas clases que se organizan desde el Ayuntamiento, un modo de poder realizarla al tener alguien que les guíe y les dé las indicaciones técnicas para desarrollar después su destreza o habilidad.

Para otros, en cambio, la razón de acudir a estas clases ha sido acompañar a alguna amiga y después se han sentido atrapadas y esperan durante la semana a que llegue el martes para relajarse un rato pintando y charlando y así descargar la tensión de la jornada de trabajo.