Cándido García es un viticultor toresano jubilado, dedicado a este oficio desde su infancia, ha sido testigo de todos los cambios producidos en la industria.

-¿Ha cambiado mucho la vendimia desde cuando usted empezó a la actualidad?

-Muchísimo. Antes había que llevar diez cestos grandes de mimbre en el carro que tenía ruedas de hierro tirado por mulas e ir a diez kilómetros de distancia. Esa circunstancia nos obligaba, con lo que se perdía en el viaje, a estar todo el día vendimiando y ya en el regreso a casa comer en el carro o a pie. Sin embargo, ahora con los tractores no se tarda nada. Ahora da gusto ir a recoger uvas.

-Antiguamente se utilizaban cuévanos y cestos de mimbre y ahora se utilizan cajas de plástico de madera. Para usted, ¿cuál de es el mejor metodo?

-El mejor método es a granel ya que es mucho más cómodo y más rápido. Vendimiar es la misma tarea pero ya que no tienes que colocar las cajas o antes los cestos y por lo tanto se aguanta mucho más tanto antes como ahora. Por otra parte, es mucho mejor la utilización de las cajas de plástico o de madera que los cestos de mimbre pesaban mucho más. Pensaban cinco kilos el pequeño ya que los grandes que se ponían en el carro tenían un peso mucho mayor.

-Si hablásemos de trabajo seguramente usted decidiese quedarse con el actual porque es mucho más cómodo pero, tirando de nostalgia, ¿qué vendimias recuerda con más aprecio las que se celebraban antiguamente o las más recientes?

--Vendimiar es igual que antes. Lo único que ha cambiado es el lugar donde se recoge la uva. Las vendimias de antes las recuerdo con cariño ya que éramos toda la familia y estábamos deseando que empezara para ir todos juntos. Nos juntábamos las familias para ir a vendimiar y pasábamos todo el día en el campo. En ese sentido era mucho más familiar antes.

-Otro de los aspectos de campo de mucho es la conservación ya que antiguamente solía hacerse en las bodegas de las casas. ¿Cómo era dicho proceso?

-La uva se conservaba en las bodegas de las casas al igual que ahora para hacer vino casero. Ahí es donde mejor se conserva el vino. El problema es que hay que bajar a las mismas y además, cuando está cociendo, dicho proceso consume el oxígeno y no te permite respirar con normalidad.

-¿Cómo se realizaba esta tarea de la realización y conservación del caldo

--Tras el pisado había que meter todo para la vasija y después mejer a diario la uva hacia abajo para evitar que se picará Antes, al igual que ahora, hay que mejer la madre hacia abajo ya que si sube hacia arriba esta se seca y se puede picar el vino. Antes echábamos toda la uva y había que estar mucho más pendiente. Sin embargo, ahora al seleccionar lo que se destina a hacer vino está siempre húmedo.

-En este sentido, muchas veces se dice que lo casero es mejor, ¿Cree usted que eran mejores los vinos que se producían antiguamente que los elaborados en la actualidad con los avances técnicos?

-Ahora se hace mejor vino que antes ya que, antiguamente, echábamos todo lo que es el gajo a la tinaja. Me acuerdo que mi padre y mi abuelo le echaban yeso para que se le quitara el verdín y ahora sólo echamos lo que es la uva y hacemos un vino bueno. Por otra parte, también utilizábamos los carrales que dificultaban más la elaboración para, posteriormente, sacar el vino en claro. Aun así, se hacía buen vino pero este era más fuerte, más gordo que el actual.

-¿Cómo han cambiado las tareas de preparación de la cosecha de cuando usted era un niño a la actualidad?

-No ha cambiado prácticamente nada en lo que hay que hacerle al cultivo. Tanto ahora como antiguamente nosotros solamente azuframos tres veces. Sin embargo, antes tenías que podar, arabas con las mulas y te tirabas prácticamente toda la primavera. Ahora es con el tractor y el oficio es muchísimo más cómodo.