La visita obligada estos días al cementerio de Zamora es una buena oportunidad de descubrir algunos de los panteones y tumbas más sorprendentes del camposanto zamorano. Esculturas pétreas, el Ángel Custodio tallado en un árbol que cumple dos décadas de presencia en la necrópolis, mausoleos clásicos de familias de raigambre en la ciudad o los magnos panteones de familias gitanas son algunos de los descubrimientos que pueden realizarse en un paseo calmado por las calles del cementerio San Atilano. Es tiempo de recordar a los seres queridos y disfrutar de la paz que puede transmitir un paseo calmado por el camposanto en las horas de menor afluencia de visitantes. Cliqueen y vean.
El Ángel Custodio tallado por Andrés Figuero en uno de los árboles del cementerio.
Alberto Ferreras
La visita obligada estos días al cementerio de Zamora es una buena oportunidad de descubrir algunos de los panteones y tumbas más sorprendentes del camposanto zamorano. Esculturas pétreas, el Ángel Custodio tallado en un árbol que cumple dos décadas de presencia en la necrópolis, mausoleos clásicos de familias de raigambre en la ciudad o los magnos panteones de familias gitanas son algunos de los descubrimientos que pueden realizarse en un paseo calmado por las calles del cementerio San Atilano. Es tiempo de recordar a los seres queridos y disfrutar de la paz que puede transmitir un paseo calmado por el camposanto en las horas de menor afluencia de visitantes. Cliqueen y vean.
Escultura pétrea, abrazando la cruz.
Alberto Ferreras
La visita obligada estos días al cementerio de Zamora es una buena oportunidad de descubrir algunos de los panteones y tumbas más sorprendentes del camposanto zamorano. Esculturas pétreas, el Ángel Custodio tallado en un árbol que cumple dos décadas de presencia en la necrópolis, mausoleos clásicos de familias de raigambre en la ciudad o los magnos panteones de familias gitanas son algunos de los descubrimientos que pueden realizarse en un paseo calmado por las calles del cementerio San Atilano. Es tiempo de recordar a los seres queridos y disfrutar de la paz que puede transmitir un paseo calmado por el camposanto en las horas de menor afluencia de visitantes. Cliqueen y vean.
La tumba del poeta Claudio Rodríguez, a la entrada del camposanto.
Alberto Ferreras
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Una cruz de vidrio azul que destaca por su originalidad.
Alberto Ferreras
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La cúpula de la Catedral reproducida en un panteón.
Alberto Ferreras
La visita obligada estos días al cementerio de Zamora es una buena oportunidad de descubrir algunos de los panteones y tumbas más sorprendentes del camposanto zamorano. Esculturas pétreas, el Ángel Custodio tallado en un árbol que cumple dos décadas de presencia en la necrópolis, mausoleos clásicos de familias de raigambre en la ciudad o los magnos panteones de familias gitanas son algunos de los descubrimientos que pueden realizarse en un paseo calmado por las calles del cementerio San Atilano. Es tiempo de recordar a los seres queridos y disfrutar de la paz que puede transmitir un paseo calmado por el camposanto en las horas de menor afluencia de visitantes. Cliqueen y vean.
Escudo de la familia Salazar en una tumba.
Alberto Ferreras
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Impresionante escultura pétrea de rezos junto a la Cruz.
Alberto Ferreras
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La familia Gabarre Jiménez con una simbólica guitarra en el panteón.
Alberto Ferreras
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Panteón de los García.
Alberto Ferreras
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Mausoleo egipcio de la familia Barrueco.
Alberto Ferreras
La visita obligada estos días al cementerio de Zamora es una buena oportunidad de descubrir algunos de los panteones y tumbas más sorprendentes del camposanto zamorano. Esculturas pétreas, el Ángel Custodio tallado en un árbol que cumple dos décadas de presencia en la necrópolis, mausoleos clásicos de familias de raigambre en la ciudad o los magnos panteones de familias gitanas son algunos de los descubrimientos que pueden realizarse en un paseo calmado por las calles del cementerio San Atilano. Es tiempo de recordar a los seres queridos y disfrutar de la paz que puede transmitir un paseo calmado por el camposanto en las horas de menor afluencia de visitantes. Cliqueen y vean.
Mausoleo de ladrillos de estilo mudéjar.
Alberto Ferreras
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La Virgen y la original Cruz de la familia Badillo Fernández.
Alberto Ferreras
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Profusa decoración e imagen del difunto serigrafiada en el mármol en una tumba.
Alberto Ferreras
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Panteón y Cruz.
Alberto Ferreras
La visita obligada estos días al cementerio de Zamora es una buena oportunidad de descubrir algunos de los panteones y tumbas más sorprendentes del camposanto zamorano. Esculturas pétreas, el Ángel Custodio tallado en un árbol que cumple dos décadas de presencia en la necrópolis, mausoleos clásicos de familias de raigambre en la ciudad o los magnos panteones de familias gitanas son algunos de los descubrimientos que pueden realizarse en un paseo calmado por las calles del cementerio San Atilano. Es tiempo de recordar a los seres queridos y disfrutar de la paz que puede transmitir un paseo calmado por el camposanto en las horas de menor afluencia de visitantes. Cliqueen y vean.
Escultura del difunto en un panteón de la familia Salazar.
Alberto Ferreras
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El teniente Tito, inmortalizado en piedra por sus padres.
Alberto Ferreras
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Panteón familiar con el detalle de las palomas esculpidas junto a la cruz.
Alberto Ferreras
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