La tarea de los fisioterapeutas resulta clave para las personas mayores que viven en las residencias. Su papel es colaborar con los mayores para un mejor estado físico, y también han tenido una importancia destacada para tratar a las personas de avanzada edad que han sufrido las consecuencias del COVID y que han perdido cierta movilidad o capacidad respiratoria. Los tratamientos puestos en marcha por los profesionales han permitido a muchos usuarios ir mejorando de forma paulatina su calidad de vida en esta etapa tan dura para todos.

Dos fisioterapeutas, durante su trabajo. | | L. O. Z.

En todo caso, más allá del COVID, los fisioterapeutas que ejercen su labor en las residencias colaboran activamente para mantener y mejorar el estado físico general de las personas que residen en estos centros. Los ejercicios de mantenimiento diseñados por los profesionales resultan muy importantes para las personas que carecen de graves problemas específicos, pero que requieren de una serie de pautas para evitar perder movilidad o fortaleza a causa del paso de los años.

La fisioterapia, clave para la recuperación

Asimismo, más allá del propio mantenimiento, los tratamientos de fisioterapia colaboran activamente con las personas que están intentando recuperar el movimiento y la fuerza tras ciertas cuestiones habituales a medida que el paso de los años va haciendo estragos. Por ejemplo, su papel es clave tras ciertas operaciones, fracturas o lesiones, y también después de enfermedades que pueden dejar secuelas en el paciente.

En este punto, resulta especialmente destacable la tarea de los profesionales para tratar de recuperar a los pacientes que han sufrido un infarto o un ictus, o cuando los usuarios de las residencias presentan alguna de las llamadas patologías neurológicas, como puede ser el párkinson.

Más allá de esto, la labor de la fisioterapia resulta útil para ayudar a disminuir o eliminar cierto tipo de dolores, tanto musculares como reumáticos, de zonas como el cuello, la espalda o los hombros, muy habituales y molestos; y también colaboran en la reducción de ciertos edemas o hinchazones que también dificultan la movilidad de las personas mayores.

Hay que recordar que, en las residencias, conviven personas con un estado físico aceptablemente bueno, y otras que, por su edad o por sus propias patologías, necesitan de una serie de vigilancias y cuidados más estrictos. Aquí la fisioterapia vuelve a tomar un papel protagonista.

Volviendo al COVID, durante esta crisis, muchas de las personas mayores se han visto abocadas a hacer menos ejercicio o a cambiar sus hábitos de movimiento, una circunstancia que ha obligado a los profesionales a hacer un esfuerzo para tratar de recuperar a los mayores. En según qué casos, estos parones provocan serios problemas para los usuarios a la hora de retomar sus rutinas habituales.

En lo que tiene que ver con la respiración, los ejercicios para mejorar las capacidades de las personas mayores ya son habituales con algunas patologías y por motivo de la edad, pero lógicamente el COVID ha llevado a los fisioterapeutas a duplicar esfuerzos en este sentido y a tratar de poner todo de su parte para que, quienes hayan pasado el virus, puedan reponerse.