El asesino de la joven tabaresa Leticia Rosino Andrés el 3 de mayo de 2018 en Castrogonzalo cumplirá en una prisión para adultos los seis años de condena que le quedan tras cumplir en marzo la mayoría de edad y haber permanecido otros dos recluido en el centro de internamiento para niños de entre 14 y 18 años de edad de Zambrana. El juez de Menores opta así por no mantener al vecino de Castrogonzalo, de iniciales D.A.A., durante tres años más en el centro vallisoletano, como permite la Ley, y derivarle a un centro penitenciario para delincuentes mayores de edad, una decisión que ha comunicado esta misma mañana al abogado de la familia de la víctima, quien solicitó que esta medida, y al del condenado.

La resolución judicial no será firme hasta que los letrados de la familia de Leticia -que tenía 32 años cuando fue asesinada por el adolescente de 16 años D.A.A.- y del procesado presenten alegaciones sobre el auto que ha emitido el magistrado, por lo que todavía se dilatará su traslado. Solo una vez resultas y valoradas, el juez ordenará el ingreso en un centro penitenciario para adultos del joven donde deberá acabar la condena a ocho años de prisión que le impuso el juez, de los que ha cumplido dos en Zambrana. Se trata de la pena máxima que permite el Código Penal, a la que se añadieron cinco años de alejamiento de la familia y del novio de la víctima, es decir, no podrá aproximarse a Tábara donde reside la familia de Leticia, ni a Castrogonzalo, donde vive la pareja sentimental de la joven que asesinó.

Los informes sobre D.A.A. que el juez solicitó al equipo técnico de Zambrana, sobre su conducta y sobre si su grado de socialización le permite reinsertarse en la sociedad han resultado decisivos para determinar su traslado a una prisión para mayores de edad. A esa valoración se ha sumado la que han hecho la Fiscalía Provincial, al abogado de la familia de la joven y del propio condenado. La conducta agresiva que, al parecer, ha demostrado en Zambrana y la gravedad de los hechos que protagonizó con plena consciencia y sin un ápice de empatía con la víctima, vecina de Castrogonzalo, a la que abordó por la espalda tras arrojarla una piedra que provocó su desplome para violarla y después matarla a sangre fría.

El entonces adolescente actuó en plenas facultades mentales, "con su capacidad volitiva y cognitiva intactas", con un temple frío y calculador, sin mostrar ningún signo de empatía hacia la joven tabaresa, afirmaron los forenses en el juicio a puerta cerrada celebrado en noviembre de 2018. El imputado admitió haber matado a Leticia sin mostrar signos de arrepentimiento aunque tomó la palabra para pedir perdón, según pudo saber en su día LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. La brutal agresión que sufrió la joven fue fruto de los rasgos de la personalidad del menor descritos por los dos médicos forenses en la vista oral, explican la brutal agresión a la joven Leticia Rosino.