Ni el último modelo de bikini, ni las gafas snorkel, ni siquiera el omnipresente flotador de flamenco que arrasa cada verano. El producto estrella de esta temporada estival es, sin duda, la piscina portátil. El miedo al virus y las numerosas restricciones han provocado el 'boom' de la nueva tendencia estival.

La pandemia del coronavirus ha tenido un fuerte impacto en el ocio de los zamoranos durante este periodo estival. La crisis económica, el cierre de las piscinas municipales y el miedo de los ciudadanos a irse a la playa son los tres factores que han disparado la venta de piscinas portátiles.

Actualmente, solo las piscinas de Las Higueras y de La Sindical, en la Ciudad Deportiva, han abierto sus puertas en Zamora y bajo un estricto protocolo de seguridad. La reducción de aforo y la necesidad de pedir cita previa para darse un baño han hecho que muchos zamoranos prefieran comprarse una piscina propia y disfrutar del agua en su casa.

Los establecimientos zamoranos han experimentado de forma directa este fenómeno. El teléfono de las tiendas de accesorios, los centros comerciales e incluso las jugueterías no ha parado de sonar en busca de la alternativa favorita para darse un chapuzón.

Un ejemplo es Leroy Merlin, que desde el tramo final del confinamiento ha 'sufrido' la locura por las piscinas. Belén Peláez, responsable de servicios de la compañía, asegura que las han vendido de todo tipo, tamaño y precio, y que actualmente la tienda no cuenta con existencias en toda Zamora.

"A finales de abril, cuando aún no había empezado la desescalada, comenzamos a recibir múltiples llamadas preguntando por las piscinas", afirma la empleada. La variedad de precios, que van desde los 40 hasta los 4.000 euros, han colaborado para que este producto sea uno de los más solicitados del verano.

A priori, la decisión de establecer una piscina en casa parece la mejor solución para evitar riesgos sanitarios. Sin embargo, la adquisición de estos productos conlleva también una serie de problemas que es necesario tener en cuenta. Las piscinas deben cumplir un conjunto de requisitos que garanticen la seguridad de los bañistas.

La ubicación, el tamaño, la profundidad de la piscina y la carga de agua son los aspectos fundamentales a tener en cuenta para instalar una piscina en una casa particular. Javier Ferrero Sánchez, presidente del Colegio de Arquitectos de Zamora, considera que la mayoría de los compradores no valoran estos aspectos a la hora de adquirir este producto.

Ferrero Sánchez asegura que esto es un grave problema, ya que "la mayoría de viviendas no están adaptadas a la colocación de las piscinas. Estas están preparadas para los centros deportivos o públicos, que cuentan con estructuras adecuadas para ello".

Además, el arquitecto resalta que en la mayoría de las ocasiones "resulta inviable colocar una piscina en un ático o en una terraza, ya que se puede dar una sobrecarga del forjado. El lugar adecuado es el suelo". Este problema puede ocasionar accidentes, como el producido en Alicante hace unas semanas, cuando una piscina ubicada en una terraza provocó el derrumbe del techo de una vivienda unifamiliar.

Por otro lado, Javier Ferrero considera que "el consumidor debe acudir a arquitectos que le aconsejen de forma efectiva sobre la colocación de estas piscinas, a fin de evitar todos los riesgos posibles".

A principios de marzo, la ciudadanía se agolpaba en las tiendas en busca de papel higiénico. Cuatro meses después, la histeria sigue presente, pero en busca de otro objetivo: las piscinas portátiles. Tanto no hemos cambiado.