Los enfermos de COVID-19 o los usuarios con síntomas que se deriven al servicio de Urgencias del Hospital Virgen de la Concha serán ingresados en breve en un espacio especialmente dotado, posiblemente con ocho boxes, para su asistencia. Lo que era hasta ayer la sala de espera previa, acristalada y con salida a la vía pública, donde se aguardaba el turno para registrarse como paciente y donde solían esperar familiares albergará la zona COVID. El Complejo Asistencial se blindaría con esta remodelación frente a los rebrotes que pueda haber de la pandemia.

Las obras de reubicación de espacios comenzaron en la mañana de ayer y afectarán a las partes más próximas a la entrada y al mencionado registro, según ha podido saber este diario, después de que a finales de junio Gerencia adjudicara el proyecto a la empresa OHL Servicios Ingresan.

La elección de la sala de espera obedece no solo a sus dimensiones, que permitiría la ubicación de entre ocho y diez boxes, sino también a su ubicación. Y es que en este espacio existe una puerta de acceso directo al pasillo que conduce a la zona de Rayos X, lo que facilitaría la entrada directa de los enfermos de COVID sin tener que pasar por estancias denominadas "limpias", es decir, donde hay enfermos con otras patologías e impedir, así, riesgo de contagio. La reorganización prevista permitirá tener ingresados más pacientes, apuntan las mismas fuentes, para lo que "se reajustan los espacios de existentes en toda esa zona".

La sala de espera más pequeña, en la que se aguardaba junto al mostrador de registro a que el personal sanitario de Urgencias llamara a los usuarios para ser atendidos por médicos, se ampliará para lo que se integre en ella la zona destinada a sala de estar de los celadores. El propósito es crear una sala de espera limpia, para los ciudadanos que acuden a Urgencias por patologías distintas al COVID, al objeto de que dispongan de un lugar más holgado donde permanecer hasta ser atendidos por los facultativos. El espacio de admisión será común, si bien se practicará un triaje a todo paciente que entre en Urgencias antes de que pueda acceder a las dependencias libres de COVID.

Las obras se centraba ayer en la sala de espera grande y la parte frontal del mostrador de registro de enfermos desde donde se accede a esa parte limpia de pandemia, a la que los enfermos pueden entrar acompañados de una persona a la que se somete también al triaje.

Esta remodelación implicará una inversión de 114.541 euros, cuantía que incluye el coste de la climatización tanto de este espacio como del de la UCI B del Virgen de la Concha, donde se encuentra la unidad de críticos activada durante la crisis del coronavirus.

El Complejo Asistencial de Zamora ejecuta esta intervención para encarar la llegada del otoño y los posibles rebrotes de esta enfermedad con suficientes medios materiales, especialmente cuando se tiene muy presente la posibilidad de que la pandemia regrese con fuerza. Será especialmente preocupante porque esos posibles rebrotes se sumarían a los efectos de las gripes y catarros sobre la población, en una provincia en la que el envejecimiento de sus habitantes agravaría la situación sanitaria.

En definitiva, con esta reubicación de espacios se trata de impedir que el servicio de Urgencias colapse por no contar con suficientes boxes o de urgencias y fuera ya de urgencias.

La sala de estar de los celadores quedará ubicada al fondo del pasillo de Urgencias, por lo que protestaron ya el viernes porque carece de ventilación y no les impide ver el exterior de la vía pública por la que entran ambulancias y enfermos para ser atendidos.