Las dos comunidades terapéuticas que gestiona Cáritas Diocesana de Zamora, Proyecto Hombre y Centro Regional de Rehabilitación de Alcohólicos San Román, cuentan con un total de 61 residentes cuyo funcionamiento desde el inicio de la pandemia, se ha visto condicionado con la crisis sanitaria del COVID-19. "Se trata de cambios producidos con el único fin de minimizar el riesgo de contagio. Para ello se ha establecido un protocolo sanitario que aborda cuestiones de higiene, proximidad, medidas de precaución en todas las áreas, con turnos para comer y zonas comunes", se explica desde Cáritas.

Los participantes de ambas comunidades, solo salen del centro para visitas médicas, por lo que se ha incentivado la comunicación con sus familiares.